El movimiento Scout

Ha pasado más de un siglo desde el primer campamento scout en la isla de Brownsea. El paso del tiempo ha hecho que hablar de Boy Scouts se haya convertido en un término anticuado. El movimiento lo forman chicos y chicas de todas las condiciones, ideologías y confesiones religiosas.

"Baden-Powell fue nuestro fundador", en efecto, como dice el himno scout que todos los que hemos vivido en el seno de este singular movimiento cantábamos cargados con nuestra mochila en dirección a un páramo o monte en el que plantar la tienda de campaña. Hace muchos ya de eso, pero el sentimiento de fraternidad, convivencia, imbricación con la naturaleza y respeto por el medio ambiente siguen aún muy fuertes. Ese fue quizá el principal objetivo que tuvo el oficial inglés cuando en 1907 desarrolló el primer campamento Scout en la isla de Brownsea. En el epitafio de su tumba se puede leer "Intentad dejar este mundo mejor de lo que os lo habéis encontrado", y ante un mandamiento de tal sencillez y al mismo tiempo calado, cualquier tipo de comentario, sobra.

Robert Baden-Powell

Aún así, la figura de Baden-Powell está sumida entre luces y sombras de los detractores y los que le acusan de haber creado un movimiento paramilitar, confesional y sexista. De todo hay. También se dijo que su pertenencia a la masonería orientó algunos de los planteamientos que presentaba en su clásico Scouting for boys, la Biblia del escultismo que, sin quererlo el propio Baden-Powell, se convirtió en el nacimiento del movimiento al que hoy están sumados en todo el mundo más de 30 millones de personas en casi 170 países.

En el programa de esta semana queremos acercarnos a la filosofía del movimiento scout, su trabajo en pro de unos valores que en muchas ocasiones son afines a todos los seres humanos.

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