La hora de los valientes
Ya tenemos una fecha para recordar, una fecha histórica, porque está claro que este 2 de junio de 2014 marcará un antes y un después. El problema es que conocemos el antes, pero no sabemos cómo será el después. Podemos intuirlo, podemos incluso hacer como una carta a los reyes -y nunca mejor dicho- pero desde luego el reinado de Felipe VI arrancará con asuntos de enorme calado en el horizonte.
Esta mañana la profesora Mariola Urrea decía alborozada: "¡qué bien, un Rey para mi generación!". Bueno, pues esta tarde en 'La Ventana' vamos a intentar conectar con ese país que hereda Felipe de Borbón como jefe de Estado y de qué manera debería transformarse. Porque la lista de prioridades es larga: desde la fatiga, el desgaste, incluso el descrédito -evidente- de la propia monarquía hasta el agotamiento de un sistema que engloba partidos políticos, instituciones, modelo territorial, modelo productivoy una Constitución como marco de referencia que parece llamada a la revisión, sí o sí.
Más información
O sea, para entendernos, que este no es un relevo cualquiera, esto no es un simple cambio de personas, de hecho,la abdicación del Rey puede interpretarse como una propuesta - o una oportunidad- de nuevo pacto nacional, después de casi cuatro décadas donde la democracia se ha consolidado, sí... pero sus vicios también. Y entre esos vicios el inmovilismo, el miedo a los cambios, sobre todo en los últimos tiempos que ha paralizado, que ha bloqueado demasiadas ideas. La abdicación del Rey supone en la práctica quitar el tapón, si se quiere en términos simbólicos, pero sí: quitar el principal tapón para el necesario relevo generacional, él lo ha dicho en su discurso, aunque debería servir también para algo más: para sacudirse temores y eliminar tabúes porque la democracia tiene que ser, por encima de todo, algo gozoso; no un apaño que aceptemos resignados como mal menor.
A este país le falta recuperar el entusiasmo, la pasión, la confianza en sus instituciones, y por eso un Jefe de Estado, aunque sus competencias estén limitadas, puede jugar un papel relevante. Y por eso a Felipe VI nadie podrá exigirle que sea Supermán pero sí que sea valiente. Y que asuma riesgos, porque el que no arriesga no gana.
La hora de los valientes
02:10
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/20140602csrcsrnac_78.Aes/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>