La Gran Guerra
El 28 de julio de 1914 comienzan las hostilidades de la Primera Guerra Mundial, aunque la mecha se encendiera justo un mes antes, el 28 de junio, en la ciudad de Sarajevo con el asesinato del príncipe heredero del Imperio Austro-Húngaro
Los soldados en las trincheras no descuidan su imagen personal(CADENA SER)
Los casi 20 millones de muertes tuvieron como resultado un cambio radical en el mapa mundial.
Más información
Recuerdo que cuando estudiaba en el Instituto y caía en la asignatura de Historia Contemporánea "la Gran Guerra", muchos compañeros salían del examen un tanto ufanos después de haber escrito en varios folios las aventuras que el fin de semana anterior habían visto en una película en televisión, bien sobre el desembarco de Normandía, bien sobre alguna otra aventura más exitosa de los nazis. Y sin embargo el término Gran Guerra, a pesar de que el nombre lleve a equívoco, quizá por la difusión que se ha dado al holocausto de la Segunda Guerra Mundial, hace referencia a la Primera. El nombre le viene por los casi 20 millones de muertos, entre bajas en el frente, civiles y desaparecidos, que cubrieron los campos y trincheras de todo el mundo entre 1914 y 1918.
La desaparición de Estados
Como decía más arriba, una de las consecuencias principales de esta Gran Guerra -no ha habido otra peor en toda la historia reciente-, fue la disolución de grandes estados que sobre todo en el siglo XIX se habían expandido por todo el planeta, principalmente Europa. En lo que nos toca más de cerca, el Imperio Austro-Húngaro, que había ido creciendo de manera ostentosa y portentosa desde hacía siglos se fragmentó dando lugar a estados que, grosso modo, formaban una geografía muy similar a la actual. Lo mismo sucedió con el Imperio Otomano, otrora gran temor de la cristiandad en todo el frente oriental y el Mediterráneo, y también en parte con el Imperio Ruso en donde la revolución Bolchevique de 1917 ayudó sobremanera a ese cambio estructural.
Parches problemáticos
A pesar de la firma de la paz con el Tratado de Versalles con el que se cargaban todas las tintas sobre Alemania, lo que se hizo en realidad fue preparar las trincheras para que en apenas tres décadas volviera a saltar la chispa. Alemania, disconforme con las peticiones y pagos que se pedían en el tratado y con la fuerza de Hitler al mando, se tomó la justicia por su mano comenzando la Segunda Guerra Mundial que, digan lo digan, también fue una Gran Guerra.
