Pocas sorpresas

Madrid

La escena, difundida por televisión, en la que un ejecutivo del Banco Privado de Andorra explica a un posible cliente como blanquear un millón de euros al mes, fue anunciada en su momento por el organismo de la ONU encargado de vigilar que el dinero que tiene su origen en el crimen no encuentre su camino en el sistema financiero normalizado. Exactamente en febrero de 2009, el entonces director ejecutivo de la Agencia de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen denunció que existían “indicaciones serias” de que el dinero procedente del comercio de drogas y otras actividades ilícitas estaba siendo usado para mantener a flote bancos afectados por la crisis mundial.

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Una de las consecuencias más evidentes de la crisis y de su desesperante falta de liquidez, advirtió, es que muchas entidades financieras están olvidando a marchas forzadas las reglas de prevención del blanqueo y están permitiendo que el dinero del crimen se dé un verdadero festín.

Ese dinero, advirtió en 2009, ha irrumpido con fuerza en entidades que antes no se vinculaban con actividades delictivas. De hecho, explicó, es el único dinero líquido que queda disponible en grandes cantidades y por eso se ha vuelto muy atractivo para bancos en dificultades y para el deteriorado mercado inmobiliario de los países desarrollados. Grupos mafiosos están encaminando grandes cantidades de dinero a esos bancos, desesperados por sobrevivir. En fin, que nadie puede decir hoy que todo esto le coge por sorpresa.