La curiosa vida de quien todo lo sabe

Madrid

Si creíamos que un momento era un poético y subjetivo corte en el continuo del tiempo, nos equivocamos. Ya los romanos dividieron las horas en cuarenta momentos y, por tanto, sabemos que estos duran un minuto y medio. También nos sorprenderá saber que, debajo del parche en la cara de un pirata, no encontraremos un ojo mutilado, sino otro que estará en perfecto estado, y que los marinos acostumbraban a la oscuridad para desenvolverse en las bodegas de los barcos.

Como esas, 366 historias esperan dentro de Vuelve el listo que todo lo sabe, el segundo libro del barcelonés Alfred López. Nueve años después de emprender su blog, que posteriormente sería acogido por el diario 20 Minutos, el escritor sigue apuntando, cada día, curiosidades del mundo en el que vivimos. Al tiempo, desmiente algunas de las páginas de la Historia que sentimos más arraigadas y que, en realidad, nunca ocurrieron.

Einstein nunca sacó malas notas: el haber estudiado en Suiza hizo que sus calificaciones de 6 sobre 6 se interpretaran del revés, ya que en Alemania la mejor puntuación es el 1. Ni siquiera su chiste sobre que solo usamos la décima parte del cerebro pretendió convertirse en una certeza, por mucho que nos empeñemos en que nuestra cabeza es un mundo por descubrir. Pero, ¿qué esperar de un mundo en el que el último concierto de los Beatles fue saboteado por los propios londinenses, a los que molestaba el ruido?

Los descubrimientos de López no son inalcanzables para la mayoría de los internautas, pero sí están contrastados con paciencia y mucho tesón. Otra pregunta es de dónde adquiere el autor la inspiración para compartir, cada día, una revelación nueva. La respuesta está en la dedicatoria de este segundo libro, a su padre, que ya no se encuentra entre nosotros. Es él de quien el escritor afirma haber heredado esta infinita curiosidad por las cosas.