A seis días del estallido

Madrid

Antes de una semana, el próximo lunes día 9, el pulso del independentismo catalán al Estado puede atravesar la línea roja, el punto de no retorno. Ese día puede aprobarse en el Parlament el inicio del proceso secesionista. Se consumaría así la insubordinación. Desde el Parlament, los hechos consumados contra la ley.

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A partir del lunes, los que se negaban a creerlo van a comenzar a comprender que esto va en serio. El soberanismo decidió hace tiempo pisar el acelerador a fondo. La mayoría en el Parlament le da la llave con la que poner en marcha el motor. Sin mayoría de votos, sí, pero ellos afirman que tampoco con mayoría de votos hubieran tenido luz verde. Y eso es cierto. Pero más cierto es aún que esa mayoría parlamentaria, válida técnicamente como llave, no le brinda el enorme aliento social que precisaría para emprender la aventura en la que se mete y en la que mete a Cataluña.

Con media Cataluña en contra, lo que puede comenzar el lunes es una locura de consecuencias desastrosas, a la altura de la no menos desastrosa historia de errores inhibición política y oportunidades perdidas que nos ha traído hasta aquí.