La izquierda no remata, pero la derecha no existe
José María Izquierdo analiza las negociaciones de las diferentes fuerzas políticas de cara a buscar mayorías para formar gobierno
Madrid
Andan enredados el PSOE y demás izquierdas en encontrar suficientes puntos comunes para llegar a algún acuerdo que haga posible la investidura del candidato socialista, al tiempo que Sánchez y Rivera negocian para ver si por ese lado puede haber, también, otro pacto. Dado que el primero parece difícil, y el segundo, salvo sorpresas de abstenciones inesperadas de Podemos o populares, está condenado a la melancolía, quizá hubiera sido éste el momento –el gran momento- del PP, que podría hacer valer sus 130 diputados y llegar a acuerdos con otras fuerzas, Ciudadanos entre ellas.
Pero ocurre que a día de hoy, el PP es un partido apestado, con el que nadie quiere ir ni a tomar un café. Partido destrozado, abierto en canal por la corrupción, ofrece una imagen deplorable, con un liderazgo atrofiado e inexistente -¿qué puede vender Mariano Rajoy a estas alturas?- y los segundos niveles paralizados y sin iniciativa alguna.
¿Cómo es posible que un partido que representa a toda la derecha de España no haya reaccionado ante tanta incuria? Son muchos millones de votantes, además de mucho poder económico, presencia tremenda en las instituciones, monopolizadas por una política sistemática de ocupación, desde la cúpula de los tribunales a los medios de comunicación públicos, pasando por presidentes de comunidades, diputaciones, ayuntamientos, etcétera, etcétera.
¿Qué fue de ese partido? Ni está, ni se le espera.
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