'Fondo de nevera' de nuestros oyentes

Hace 12 años uno de nuestros oyentes, José Manuel Caamaño, perdió 30 kilos gracias a un médico dietista que le enseñó a comer. Caamaño nos envió un correo electrónico para compartir su historia con nosotros. Recuerda que lo que más le costó fue cambiar sus costumbres alimenticias y, sobre todo, su forma de hacer la compra. Ese detalle ha sido la fuente de inspiración de este programa.

Nos dimos cuenta de que, efectivamente, uno de los problemas a la hora de ser constantes en nuestra rutina alimenticia es que nuestras neveras están llenas de productos “prohibidos” -al menos su consumo regular- si queremos hacer una dieta sana y equilibrada. Aprender a comprar y a mantener nuestra nevera libre de estos “intrusos” es, por consiguiente, imprescindible.

Cómo colocar los alimentos en la nevera

Analizando el interior de las neveras de dos de nuestros oyentes, que nos han enviado una foto a través de redes sociales con el hashtag #minevera, determinamos cómo deben colocarse dentro del frigorífico los distintos alimentos. Nuestra experta en nutrición, Ángela Quintas comenta las fotos de Mari Carmen Salcedo, que la compartió en Facebook, y de Cura de Pueblo, que la compartió en Twitter.

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Los alimentos que ya están preparados para consumir, como pueden ser un tupper de ensaladilla o unas natillas, deben colocarse en las baldas de arriba. Las frutas y las verduras, en cambio, hay que ponerlas en la parte más baja, al igual que la carne y el pescado. Por un lado, porque en la parte de abajo es la parte más fría de la nevera y, por otro lado, para evitar lo que se conoce como “contaminación cruzada”.

La contaminación cruzada se produce cuando alimentos crudos o no elaborados contaminan alimentos que ya están elaborados y listos para comer. Por ejemplo, si tenemos carne o pescado en un estante de arriba, pueden desprender algún líquido que caiga sobre la comida preparada que hay en el estante de más abajo y la contamine. Es preferible no correr esos riesgos.

Los huevos es bueno colocarlos en la puerta del frigorífico y no mezclarlos con el resto de la comida en los estantes. Hay que evitar, por otro lado, las salsas como la mayonesa y la mostaza o, en caso de tenerlas, utilizarlas con moderación.