Antonio Buero Vallejo
El dramaturgo, colocado junto a Lorca y Valle-Inclán como uno de los hitos de la literatura española
Antonio Buero Vallejo
07:20
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Madrid
Si una noche decidiese marcar el 900 100 800 supongo que una de las primeras cosas que contaría sería la muerte de mi hijo. Era muy joven, fue un accidente de tráfico…Pero también añadiría el fusilamiento de mi padre, justo en el año 1936. Y comentaría cómo se vive entre dos muertes, entre dos generaciones terminadas.
Pero pronto cambiaría de registro. Porque me han definido como trágico, pero en otro sentido. Trágico de tragedia, que fue lo que escribí a lo largo de mi vida. Trágico por las obras representadas durante cincuenta años. Medio siglo de estrenos ininterrumpidos. Desde 1949 hasta 1999, año de mi última obra representada.
Mi tragedia tenía la función de inquietar, de generar preguntas, de hacer plantear a los demás las interrogaciones y los debates internos e individuales. Pero también pretendía curar de alguna manera una sociedad que vivió un siglo complicado y complejo, un siglo cargado de hechos históricos vividos en presente. Un siglo muy vivo pero con mucho muerto.
Quise hacer todo esto a través del teatro, que era lo que sabía hacer. Las obras estaban cargadas de técnicas que surgían de otros países, que inventaba sobre la marcha, que llegaban a mí…Ahora puede parecer cotidiano, pero entonces, romper la línea del tiempo en una obra o incorporar al espectador en la misma eran novedades que sorprendían.
Hubo quien determinó que esto es realismo simbólico, por esa manía tan nuestra de ponerle etiquetas a todo. Utilizaba personajes con alguna discapacidad para hacer ver que se puede mirar la vida con otros ojos, desde otra perspectiva, con otra mirada…De la misma manera quería mostrar que lo individual permanece en las consecuencias sociales que genera. Que no podemos ser tan egoístas, ni tan siquiera, tan individualistas. Vivimos en sociedad, y cualquier pequeño gesto reporta algo en los demás.
Retomando mi vida personal, aunque mi profesión fue la que marcó mi persona…El caso es que algo que destacan siempre en mis biografías, con sentido común, es que pasé tiempo en prisión. No está mal si pensamos que fui condenado a muerte, y que finalmente conmutaron mi pena. Fueron varios años desde que me detuvieron, en distintas cárceles españolas. Me detuvieron al final de la guerra, y tras formar parte del Partido Comunista, entre otros haberes.
Aproveché estos momentos, privado de libertad, para pintar, que por cierto no había hasta ahora comentado que era una de mis aficiones, incluso fue mi profesión. Famoso se hizo un retrato que hice a Miguel Hernández en la cárcel de Conde de Toreno. Miguel y yo nos habíamos conocido tiempo atrás, y terminamos compartiendo prisión, cosas de la vida de la época.
- Buero vallejo
Al salir, hice varios trabajos pictóricos más, sobre todo para poder ganarme la vida, me quedé a vivir en Madrid y me hice socio del Ateneo. Pasados unos años, tras unos cuantos estrenos de teatro que me devolvieron un Premio Lope de Vega, mis obras fueron representadas en el extranjero.
Viví de cerca la censura, pero conseguí estrenar parte de mis piezas en los años 60, y para añadir un poco más de complicación a la posibilidad de trabajo en España, firmé una carta junto con otros cien intelectuales pidiendo explicaciones sobre el trato que dio la policía a un grupo de mineros asturianos. Esto me distanció de muchas empresas y editores diversos. De hecho, las dificultades económicas me hicieron viajar a Estados Unidos para hacer algo que no me gustaba en absoluto: dar charlas en universidades sobre mi teatro y conferencias incluso sobre otros temas.
Con la llegada de la democracia no llegó precisamente la calma y tuve que ver amenazas de muerte, siempre anónimas, claro, a la par que la admiración hacia mi trabajo desde el extranjero iba creciendo.
El reconocimiento en España llegó poco a poco, con detalles como el ser miembro de la Real Academia Española.
El día del estreno de la obra dedicada a la memoria de mi hijo, ese mismo día, me concedieron el Premio Cervantes, siendo el primer dramaturgo en recibirlo. Era 1986.
Adriana Mourelos
En El Faro desde el origen del programa en 2018. Anteriormente, en Hablar por Hablar, como redactora...