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Evolución de la alimentación en España

En el Día Mundial de la Nutrición hemos querido hacer un repaso por la historia de la nuestra

De la mala alimentación de la posguerra a la comida rápida de la nueva sociedad

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En el Día de la Nutrición en BeOk hemos decidido dedicar el programa a analizar cómo ha ido cambiando la dieta a lo largo de las décadas en nuestro país. En España, la historia de la alimentación es una de las más complejas porque nuestra gastronomía tiene influencias de todo tipo de civilizaciones que han ido pasando por nuestro país. Somos, asimismo, una nación en la que la comida es muy importante en todos los sentidos. de hecho, en todas las fiestas que se celebran en España existe un hueco importante para la comida.

BeOk: La nutrición en el día a día

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El buen comer y la buena mesa son, sin embargo, características de la España actual. En los años 40, por ejemplo, la población se alimentaba a base de hortalizas, patatas y pan. En la zona central y de interior apenas se comía pescado. El profesor Francisco Grande Covián al analizar la alimentación en aquella época se dio cuenta de que un porcentaje muy grande de la población no cubría sus necesidades nutricionales a lo largo del día. Eran tiempos de posguerra y el hambre fue un mal extendido en todo el país.

Con el paso de los años disminuyó el consumo de estos alimentos y aparecieron mucha más carne, huevos, lácteos y azúcares debido a la evolución de la industria alimentaria. Evolucionaron los medios de conservación e los alimentos apareciendo los frigoríficos en todas las casas.

curiosidad: el SUSTANCIERO

Era un hombre que recorría el pueblo gritando "el sustanciero, el sustanciero". Llevaba consigo un hueso de jamón e iba casa por casa alquilándolo para que la gente pudiera hacer el caldo con hueso de jamón y las sopas tuvieses algo de sabor, de sustancia. El precio del alquiler, que iba por tiempo, bajaba a medida que el hueso iba pasando por más usos y estaba menos sabroso.

Todo ello permitió el acceso a una gran variedad de alimentos frescos que antes por lo medios de transporte precarios y la imposibilidad de conservarlos adecuadamente no podíamos consumir. A partir de entonces, nuestra dieta mejoró notablemente.

A finales de los años 60 nos alimentábamos como claros seguideros de la dieta mediterránea. Comíamos de todo, incluyendo legumbres en nuestros numerosos cocidos que encontrábamos en distintas regiones, pan, fruta, hortalizas, bebíamos vino...

Pero en la actualidad, con la incorporación de la mujer al mercado laboral, se buscan platos mucho más rápidos y fáciles de preparar. Tomamos, por tanto, más azúcares, carne y menos hortalizas. Abusamos de productos preparados, embasados y ricos de conservantes. Nos excedemos también en el consumo de grasas saturadas y de bebidas azucaradas. Por eso ahora, más que nunca, es importante aprender a comer y llevar una dieta sana y equilibrada a nuestras mesas.

 
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