La foto del miliciano
Nieves Concostrina nos habla de la fotografía de la Guerra Civil española con la que Robert Capa fue proclamado el mejor fotoperiodista de guerra
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Madrid
La fotografía más famosa de la Guerra Civil española la tenemos todos en la retina. Se la hizo Robert Capa hoy, 5 de septiembre de 1936, a un miliciano en el frente de Córdoba. El soldado tiene una postura dramática. Se le ve a medio caer, muriendo en el aire, con el brazo derecho extendido y el fusil aún en la mano. Una pose demasiado perfecta; quizás cuidadosamente preparada por el fotógrafo, puede que perfectamente interpretada por el miliciano.
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La foto era única hasta el momento. Un fotón, porque captaba por primera vez la muerte en movimiento, justo en el momento de producirse. Se publicó en medio mundo para ilustrar las informaciones de la guerra civil en España, y Robert Capa, con 22 años, fue proclamado el mejor fotoperiodista de guerra. Pero aquí hay polémica. Esa foto en blanco y negro tiene sus luces y sus sombras, porque no todos los estudiosos están conformes con la autenticidad de la imagen. La postura es demasiado perfecta, el fotógrafo está demasiado cerca, y el análisis de las demás imágenes tomadas por Robert Capa aquel día al grupo de milicianos que posó ante el objetivo, parecía demostrar que la foto del miliciano solo era la mejor de varias tomas. Es decir, que el fotógrafo hizo distintas fotos de varios milicianos haciendo como que recibían un disparo, todos en el mismo sitio y casi con la misma postura.
Robert Capa no está ya para confirmar ni desmentir nada, pero lo que sí parece cierto es que ese miliciano que supuestamente se prestó a escenificar por la mañana su ficticia muerte, acabó muriendo por la tarde aquel mismo 5 de septiembre del 36, muy cerca del escenario de la foto y en un enfrentamiento de los de verdad. Su cuerpo no pudo ser recuperado, así que, por allí parará, en alguna de las cientos de fosas comunes que guardan campos y cunetas españolas. O quizás no. Quizás el miliciano que hizo famoso a Robert Capa está en el Valle de los Caídos, a solo unos metros de aquel tipo del bigote, el bajito… ese que hace justo 80 años nos metió de cabeza en el infierno.
