La realidad que nos ahoga
Rajoy y su Gobierno, los culpables de esa triste realidad, consecuencia directa de unas leyes laborales retrógradas y chapuceras, nos amenazan con otros cuatro años de más de lo mismo
Madrid
Andamos todos preocupados por esto de las elecciones, pero la realidad, económica, social, laboral, sigue su curso, mostrando las cicatrices que han dejado en la ciudadanía las implacables medidas impuestas por este gobierno ultraliberal al que tanto queremos.
Ayer supimos que los expertos de la Fundación de las Cajas de Ahorros, Funcas, prevén que todavía en 2020 la tasa de desempleo será superior al 14% o, por decirlo de una manera más llana, una de cada cuatro personas en edad de trabajar seguirá en el paro. ¡Dentro de cuatro años, cuatro, seguiremos en este desastre!
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Al tiempo, una sentencia europea agita el mundo de la precariedad laboral, ese moderno azote de jóvenes y mayores, obligando al Estado y a empresarios a equiparar las indemnizaciones a los trabajadores interinos con los empleados fijos. Pero aquí andamos, como pollos sin cabeza, obsesionados porque Iglesias dice que si tal y Errejón contesta que sí cual. Por no hablar de las páginas que llenamos con la apasionante historia de si los barones socialistas se enfadan y Sánchez hace no sé qué.
Mientras, Rajoy y su Gobierno, los culpables de esa triste realidad, consecuencia directa de unas leyes laborales retrógradas y chapuceras, nos amenazan con otros cuatro años de más de lo mismo. Por lo pronto, ahí siguen, tan campantes. Fumándose un puro.
Y así seguirán, si la izquierda se lo permite.
