Pasan otras muchas cosas

Madrid

Aunque ustedes no lo crean, el mundo no se acaba en saber cuántos integrantes del Comité Federal van a votar sí o no a la abstención de Mariano Rajoy. Ni tan siquiera en contar las heridas de navaja que tiene cada uno de ellos y si son más grandes y profundas unas que otras. Hay vida más allá de Javier Fernández, César Luena, o incluso de Verónica Pérez, la máxima autoridad soy yo, por ir de más a menos.

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Mientras unos y otros debaten a garrotazos, la vida sigue su curso y los millones de ciudadanos tienen otras preocupaciones más prosaicas, entre otras cómo subsistir a los recortes que nos augura el PP para los próximos meses y que se sumarán a los ya contabilizados por los eminentísimos Guindos, Montoro y sus allegados. Ya verán, por ejemplo, lo que va a pasar con las pensiones.

Pero al tiempo que estas cosas ocurren, el Congreso de los Diputados, aunque nadie les haga el menor caso, ha acordado por unanimidad, excepto el PP, como es obvio, la reprobación del ministro del Interior, el inefable Jorge Fernández-Díaz, urdidor de feos complós y utilización vergonzante de las fuerzas policiales que pagamos todos y que el señor ministro quiere, además, que se eduquen en la salve y el padrenuestro.

Ah, y sepan que siguen los juicios por Gurtel y las tarjetas black.