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Marcos Ana

Cuando el arma es la palabra

Marcos Ana se hizo poeta en el lugar menos humano. La poesía fue su vía de escape y el arma con la que muchos han intentado combatir la injusticia y la desigualdad

Cadena SER (CADENA SER)

Madrid

Aunque una de las cosas que más le costó fue adaptar sus ojos a la luz del día, Marcos Ana es el nombre de la libertad. Y es que Fernando Macarro comenzó a llamarse así para sortear la censura del franquismo, para que sua palabras consigueran escapar de las cárceles- en Porlier, Ocaña y Burgos- en las que pasó 22 años y 7 meses de los 40 años que duró la dictadura. Firme defensor de la república, de la libertad y la igualdad se hizo poeta en el entorno menos amable posible. Quizá como vía de escape, como forma de evasión y de librarse de la opresión

"No hay tromba de paredones, ni balas; ni rejones , no habrá sogas; capaces de hacernos bueyes; Nuestro cuello no se dobla"

Una bala puede arrebatar la vida a una persona, pero una bala nunca podrá ganar conciencias, aseguró el poeta. Razón no le faltaba, ni a él ni a otros tantos como él que han hecho de la palabra su principal arma. Miguel Hernández también escribió desde la cárcel; a su hijo le dedicó "Las nanas de la cebolla". Hernández escribió "Para la libertad" y prometió luchar, sangrar y pervivir para conseguirla. Creyente de la palabra, el poeta escribió "Cierre las puertas, echa la aldaba carcelero; ata duro a ese hombre: no le atarás el alma; Son muchas llaves, muchos cerrojos, injusticias: no le atarás el alma"

La libertad siempre ha sido una de las grandes metas de los poetas. Lo fue de Marcos Ana y de Jose Agustín Goytisolo, para quien la libertad era más que una palabra. "La libertad es real igual que un sueño; la libertad aparece y ya no está; la libertad es una simple linea fronteriza; la libertad es la vida o la muerte; la libertad es la ira; la libertad se bebe y se respira; la libertad es cantar en tiempos de silencio"

Federico García Lorca fué victima de la dictadura, de la irracionalidad y de la intransigencia. Nadie niega al poeta granadino una capacidad común a la de Marcos Ana, la resistencia: "En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida". No renegó de ser como era, y eso le costó la vida

Alberti compartía algunas cosas con el poeta fallecido esta semana: animó con sus palabras y sus versos a los combatientes contra las tropas franquistas, a los defensores de la república. Él consiguió exiliarse a París, a Buenos Aires y a Roma, y desde allí mantuvo el contacto con Marcos Ana, quien le hizo llegar su poesía para que esta se empezara a difundir.

Hay quien ha imaginado un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad. Si no olvidamos a Labordeta tampoco podemos olvidar a Jarcha cuya canción "Sin ira libertad" por la libertad y contra el miedo se convirtió en un himno. Luis Eduardo Aute no lo sufrió en sus propias carnes pero utilizó su música como herramienta para el recuerdo de la represión y de los fusilamientos del régimen - en los que tantos amigos perdió Marcos Ana y en los que pudo perder la vida, pues fue condenado a muerte en dos ocasiones- transportándonos "Al alba", haciéndonos sentir el miedo a la madrugada, presintiendo que tras la noche vendría la noche más larga

Marcos Ana murió en la misma fecha que Freddie Mercury, el día en que se recordaba el 25 aniversario de su fallecimiento. El vocalista de Queen no cantó contra las guerras, pero no dejó de querer ser libre. Seguramente su canción más conocida sea la de I want to break free. Fué Mercury un tipo de excesos, pero también hay que reconocerle la capacidad de romper barreras y derribar tabúes, y de hacerlo a través de su música. En eso también tiene un punto en común con el poeta

 
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