Salvador Guzmán, víctima de 'La Desbandá': "Este que le está hablando, siendo un nene, vio a criaturas hechas pedazos"

Madrid

Este martes, 7 de febrero, se cumplen 80 años de uno de los episodios más sangrientos, sino el que más, de la Guerra Civil Española. Se le conoce como La Desbandá, aunque no guste a muchos de los que vivieron este episodio que prefieren llamarlo el éxodo o la masacre de la carretera Málaga-Almería. Nos remontamos al año 1937. En la radio se escuchaban canciones como Ay, Carmela, de Angelillo. Aunque ese día lo que puso los pelos de punta a todos los republicanos de Málaga fue escuchar a Queipo de Llano amenazando con que el domingo se tomaría un café en el malagueño Café del Gallo, a la vez que arengaba a los rojos a cambiar de bando.

Desde el 3 de febrero las tropas franquistas avanzaban hacia Málaga desde Marbella por el Oeste, desde Ronda por el norte y desde Granada por el noreste. La única salida para llegar a territorio todavía republicano en Almería era la carretera de la costa, un auténtico desfiladero hasta Motril y un embudo perfecto para los ataque de la aviación y los buques Canarias, Baleares y Almirante Cervera que no tuvieron piedad.

Con la justificación de que derribaban puentes para evitar la unión de territorios republicanos acabaron con la vida de entre 3.000 y 5.000 civiles entre los que había hombres, mujeres, embarazadas, ancianos y niños que como podían intentaban hacer los 200 kilómetros que separan Málaga de Almería. Así lo describía el doctor canadiense y militante comunista Norman Bethune que llegó de Barcelona a Almería el 10 de febrero a cargo de una ambulancia para hacer transfusiones de sangre. Durante los cinco trágicos días salvó muchas vidas, fotografió la crueldad y escribió el relato El crimen del camino Málaga-Almería.

Salvador Guzmán y Alejandro Torrealba Crepiemx eran sólo unos niños cuando tuvieron que salir huyendo con su familia hacia Almería, que todavía era zona republicana."Llegamos al arroyo Jabonero, nos divisa el Cervera y el Canaria y comienzan a disparar. Proyectiles por encima, proyectiles por detrás... Y cuando pasamos por donde habíamos estado antes, allí nada más que había criaturas despedazadas", ha relatado Guzmán.

Los republicanos que huían eran bombardeados por aviones y los barcos de guerra que se pegaban a la costa. "Hicieron una masacre, especialmente en los puentes. Porque querían cortar las comunicaciones para que las tropas republicanas no fueran a Almería. Cuando llegamos y nos refugiamos en un convento nos bombardeó un barco alemán y el Gobierno Republicano nos metió en trenes y nos llevó a Murcia", ha detallado Torres, que entonces tenía nueve años.

La verdad de lo que ocurrió

El historiador y arqueólogo malagueño Andrés Fernández presentó hace casi un año, junto a la también historiadora Maribel Brenes, el libro 1937: Éxodo Málaga Almeria.Nuevas fuentes de investigación, que aporta mucha luz sobre lo sucedido. Fernández ha recordado este terrible suceso histórico en La Ventana: "Cuando se estudian los documentos se va corroborando lo que cuentan los supervivientes.  Analizando los cuadernos de bitácora, efectivamente se puede ver que se acercaron a 500 metros de la costa".

Pese a la cantidad de víctima y la crueldad de la acción, este episodio no es muy conocido por los españoles. "Ha pasado desapercibido porque los sublevados no quisieron sacarlo a la luz y hay que entender el contexto de la guerra y las penurias que pasaban", ha explicado Fernández.