Un poco de respeto, caramba

La reacción del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, según el cual el pretendido referéndum sobre la independencia de Cataluña indultará la condena a dos años de inhabilitación de Artur Mas no puede ser más inadecuada o extemporánea. Quienes ocupan cargos institucionales no pueden comportarse frente a los ciudadanos sin un mínimo de seriedad. Y pretender que las sentencias de los tribunales se remueven en una democracia mediante voto popular es una irresponsabilidad. Ni el voto popular, ni tan siquiera el voto de un parlamento en pleno, pueden alterar, afortunadamente, una sentencia.

Algunos políticos catalanes parecen haber perdido el sentido de la realidad. Artur Mas asegura que la sentencia demuestra que en España se persigue a la gente por sus ideas, cuando él ha sido condenado por un acto, no por lo que piense o deje de pensar.

No es extraño que la escritora Laura Freixas escribiera hace unos días un artículo expresando su hartura con tanta desmesura. La última fue la comparación que hizo Artur Mas entre su persona y la de Rosa Parks, la joven mujer negra que en los años cincuenta se negó, en el sur de Estados Unidos, a levantarse de un lugar reservado para blancos. “Un poco de respeto para la señora Parks, caramba”, escribe Laura Freixas. Efectivamente, un poco de respeto.

Ahora que tanto se habla de la primera ministra de Escocia y de su petición de un nuevo referéndum, quizás sea bueno recordar que, en la mayoría de las ocasiones, la experimentada política escocesa empieza sus frases con un sensato: “En mi opinión…”. Efectivamente, en su opinión, no en la de Escocia. En opinión de Artur Mas, no en la opinión de Cataluña.