¿Comedia, bufa o tragedia?

Artur Mas inhabilitado, sus consejeras Ortega y Rigau también, los tres por desobedecer una resolución del Tribunal Constitucional que había suspendido la consulta del 9N, cinco días antes de que se celebrara. Y estamos a la espera de la decisión del Supremo por el mismo motivo sobre el aforado Homs. El guión del encontronazo que buscan los líderes del independentismo sobrevenido se va cumpliendo, así como la voluntad del gobierno Rajoy de dejar en manos de los jueces toda acción sobre el problema político catalán.

Como espectadores de un drama del que no sabemos si acabará en comedia, bufa o en tragedia, el resto de actores políticos se limitan a lamentar o aplaudir los movimientos de uno y otro como si nadie tuviera ya en su mano una vía que detenga esta locura.

Cumplir la ley, cumplir las resoluciones judiciales no es opcional y que otros las incumplan no exime a nadie de acatarlas. Lo contrario es el caos. Pero evitar a los ciudadanos sufrimientos innecesarios y no bajar los brazos ante el riesgo para la convivencia es responsabilidad de los líderes políticos. De todos, pero más de quien más alto cargo tiene. En Madrid y en Barcelona. Y aquí seguimos, esperando.