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Cocinar con cerveza

Potentes, tostadas o negras. Mikel Iturriaga y David de Jorge nos dan consejos para elaborar grandes platos con una de nuestras bebidas favoritas

Getty Images

Barcelona

La cerveza es una bebida perfecta para casi cualquier ocasión, pero lo que también es cierto es que se trata de una bebida genial como “caldo” para cocinar platos la mar de suculentos, incluso postres.

La cocina (20/03/2017) - Cocinamos con cerveza

16:41

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Las cervezas que mejor funcionan para cocinar según Mikel son las potentes, tostadas o negras. Además les añade a los platos un saborcillo tostado y malteado; también un puntillo amargo que equilibra muy bien la dulzura del cerdo o del pollo.

Mikel nos da su receta  del pollo a la cerveza que es el clásico nº 1.

  • "Rehogas primero el pollo, luego la cebolla, zanahoria, puerro o las hortalizas que te dé la gana en el mismo aceite, pones la cerveza, tapas y a cocer a fuego lento hasta que el pollo esté. A mí me gusta echar un poco de harina en el sofrito, o enharinar el pollo antes de dorarlo: así la salsa tiene más cuerpo”.

Cualquier estofado de carne ganará puntos si le ponemos cerveza. Y si es cerveza negra, mejor todavía. Si marinamos la carne antes con la cerveza, la carne se impregna del sabor de la cerveza, y eso nos interesa.

La cerveza negra también funciona genial en hamburguesas y albóndigas, añadiendo un chorro a la mezcla de carne picada.

En el pescadono se suele usar tanto pero Mikel lo ha probado con berberechos:

  • "Poner a hervir media cerveza en una cazuela o sartén, añadir las almejas, tapar, y nada más abrirse, rematar con un chorro de zumo de limón".

Otra gran utilidad es utilizarla en los rebozados porque suelen quedar más crujientes y esponjosos. Preparar un líquido con harina, cerveza, un poco de levadura y sal. Es importante que la cerveza esté muy fría y que la harina se disuelva bien.

Y como guinda de la sección preparamos un postre. No hay mejor amigo del chocolate que la cerveza negra, y por eso hay muchas tartas y bizcochos que se preparan con ella. El más famoso quizá sea el pastel de Guinness, una especie de bizcocho de chocolate adictivo que lleva esta bebida en la masa.

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