Cuando el mejor videoclip del año se mofa de las "viejas glorias" del PP
Charlamos con Las Bistecs de las canciones de 'Oferta', su primer disco
Madrid
La canción Señoras bien, distinguida con el Premio MIN al Mejor Videoclip de 2016, arranca con una descripción inequívoca: "Son ricas, muy pobres / Se las arreglan bien / Les gusta ir al Ritz, pero al bingo también / Pepera atropellada, viejas glorias pasadas / Viven en un mundo de risas enlatadas"...
Las Bistecs son Alba Rihe y Carla Moreno, dos chicas de Barcelona que se consideran "carne fresca, pero también mediocre, de esa que se puede comprar todos los días". De ahí el nombre de la banda...
Se refieren a sus fans como entrecots ("carne de calidad") y a lo que hacen como electrodisgusting, "una corriente neofilosófica, musical, perfomática y audiovisual que lo que que pretende es molestar, tanto auditivamente como con las letras".
Al preguntarles por Señoras bien reconocen que la canción va dirigida "a las peperas, a esas mujeres que tienen poder pero siguen con la caspa encima y no pretenden cambiar nada sino vivir bien tomando té y acariciando un caniche". El videoclip podría haberse rodado en varios pueblos de la costa española, pero no: se grabó en localizaciones "muy decadentes" de Acapulco (México).
¿Reírse es como un premio de consolación? "Nosotras nos reímos, pero también creemos que así podemos hacer pensar a la gente e intentar cambiar las cosas", dicen. "Las primeras ridículas somos nosotras. No sé si os habéis fijado en la ropa que llevamos... Pero no hay que olvidar que la canción nació con un objetivo crítico".
En su primer disco, Oferta (El Segell del Primavera, 2016), abundan las letras con mensaje ("Caminante no hay camino sino autónomos que pagar"). En HDA, por ejemplo, se confiesan hartas de algunos de los grandes genios de la Historia del Arte: Goya, Warhol, Tàpies... Y al preguntarles por Metro, en la que nombran muchas de las paradas del suburbano de Barcelona, aseguran ser "divas proletarias" a las que no les queda otra que coger el transporte público, aunque les parezca muy caro: "Íbamos con tarjetas de abuela hasta hace poco, que nos pillaron. Pero la canción es una gran patillada que grabamos con un iPhone. ¡Sí se puede!".
Se las asocia a La Movida madrileña, pero ellas dicen no entender bien por qué: "Quizá compartamos algo del hedonismo y el desenfreno, pero nuestro contexto es diferente y nosotras hablamos del nuestro. La comparación es un poco irritante".
Al hablarles de grupos como Ultraplayback, Hidrogenesse o Joe Crepúsculo sí reconocen haber bailado sus canciones, pero se resisten a reconocer que forman parte de una escena. "¡Es que no somos un grupo de música! Empezamos como un grupo artísitco y hemos acabado aquí, pero somos el bicho raro"...
Sus directos son todo un espectáculo de luz, color y provocación. Especialmente jaleadas por el colectivo LGTBI, aseguran que el afecto es mutuo porque ante ese público que "no sexualiza", su mensaje llega tal y como ellas quieren.
Pero en su trabajo no solo hay performance. La "Bistec en la sombra" es Adrià Gil, responsable de unas bases que a veces suenan a New Order (Señoras bien), a veces a MIA (DJ Bicha) y a veces a Dana Internacional (Galicia). ¡Incluso demasiado!
"No nos dimos cuenta hasta que nos lo dijeron", cuentan por teléfono. "Empezamos en una escena superpunkie de Barcelona y nunca pensamos que llegaría a más. Pero si nos demanda le daremos la fortuna que hemos ganado", ironizan. "Ahora mismo estamos metidas en una piscina con cocodrilos albinos".