Trump recula
Trump llegó hace cuatro meses prometiendo hacer América grande de nuevo y de momento lo que está consiguiendo es que la todavía primera potencia del mundo haga el rídiculo un día sí y otro también

Donald Trump ha nombrado un fiscal especial para que investigue los vínculos de su campaña con Rusia. Se ha visto obligado a nombrarlo después de la sucesión de escándalos en torno a esa vinculación, especialmente el último, el cese fulminante del director del FBI, la conversación a solas en la que supuestamente le pidió que dejara de investigar a su exasesor de seguridad. O el penúltimo, la información reservada que le dio al ministro ruso de asuntos exteriores en la propia Casa Blanca, según la prensa estadounidense. La cosa cobró tintes de tragicomedia ayer cuando Putin se ofreció a dar al Congreso de Estados Unidos la transcripción de esa conversación, que el propio Trump le negaba a su Cámara de representantes.
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Así, exactamente cuatro meses después de convertirse en presidente, la situación empezaba a ponérsele tan seria que esta noche ha nombrado un fiscal especial. Se llama Robert Mueller. Es un exdirector del FBI, que dirigió el cuerpo con Bush hijo y con Obama y a quien demócratas y republicanos aceptan como alguien independiente.
En un comunicado de esta misma noche Trump dice que confía en que con este nombramiento se despejen todas las dudas. Horas antes se había autocompadecido en público diciendo: "A ningún político en toda la Historia -y lo digo desde la humildad- le han tratado peor, más injustamente".
Es imposible saber si con el movimiento de esta noche, con el nombramiento del fiscal especial, va a conseguir levantar cabeza. Llegó hace cuatro meses prometiendo hacer América grande de nuevo y de momento lo que está consiguiendo es que la todavía primera potencia del mundo haga el rídiculo un día sí y otro también.




