El consumismo tampoco da la felicidad

Madrid

Dejamos la Navidad, llegan las rebajas y permanecen las compras y las visitas continuas a las tiendas buscando las mejores ofertas para esos productos que tanto necesitamos. O no. Porque detrás de este comportamiento y de esa satisfacción que muchas personas experimentan al comprar hay una explicación que la ciencia se ha encargado de estudiar. La conclusión es que, en realidad, la relación entre consumismo e infelicidad es más clara de lo que parece. Javier Garcés, Presidente de la Asociación de Estudios Psicológicos y Sociales explica que ese placer que se experimenta es simplemente temporal: “En el momento en que cedemos al impulso parece que hay una satisfacción pero inmediatamente volvemos al punto anterior”. Según Garcés, las personas más propensas a consumir no se muevan a base de impulsos, como se podría creer, sino que es algo que tiene que ver con una búsqueda concreta. “No es que tengan menor control de impulso que los demás sino que buscan la felicidad a través de la compra”.

Las viejas teorías sociales, como la de la pirámide de Maslow, que predecía que las personas, a medida que tienen sus necesidades básicas cubiertas, buscan la felicidad a través de la realización personal, han quedado tristemente desfasadas. “Las personas equivocadamente han creído que pueden autorrealizarse, es decir, conseguir la felicidad, a través de la compra. En vez de aspirar a la autorrealización a través de lo que somos se está buscando la autorrealización a través de lo que tenemos”. Lo peor es que ese cambio de paradigma, esa pirámide ahora invertida, tiene consecuencias también en nuestra salud. “Somos una sociedad que tenemos más bienes que ninguna otra nunca y sin embargo somos una sociedad muy insatisfecha en la que, como vemos, la depresión y la ansiedad se ha convertido en una epidemia”.

A al final, aunque queramos, es difícil salir de la rueda del consumismo. La trampa está ahora en las continuas ofertas y días de promoción que inundan el año. “Ahora el consumidor solo compra cuando cree que está en una situación de ventaja. Como respuesta, los comerciantes lo que han hecho es crear una situación, digamos, de estimulación permanente: o estamos en rebajas o es un momento especial…”. Una estrategia que según Garcés viene para quedarse.