¿Y aún nos preguntamos por qué decepciona la política?

La CUP volvió a hacerlo, anoche se abstuvo en la votación de candidato Turull y Cataluña vuelve a estar en manos de un grupo parlamentario de cuatro diputados, un grupo que no engaña a nadie, es anticapitalista, separatista y quiere romper y romper ya con España.

Junts per Cataluña y Esquerra Republicana llevan años trampeando, jugando a la argucia política, tratando de echar un pulso al Estado y dando un pasito atrás cuando se encuentra con el Estado de frente pero sin renunciar al relato del enfrentamiento. Y ese relato volvió a naufragar anoche. El tercer intento de investir a toda prisa a un president independentista no salió adelante porque Puigdemont no renuncia a su escaño y la CUP no quiso usar los suyos para apoyar a Jordi Turull.

Hoy Turull y otros 5 políticos declaran ante el juez Llarena. Entre ellos, Marta Rovira y Carme Forcadell que han renunciado a su escaño para evitarse males mayores ante la Justicia. La Justicia, el poder del Estado en el que Rajoy ha delegado desde hace años un problema que en los estrechos márgenes del Código Penal solo puede empeorar o cronificarse.

De manera que tenemos una comunidad de siete millones de habitantes dando vueltas en círculo sin solución de continuidad... y quizás encaminándose a unas nuevas elecciones en verano.

Y salvando todas las distancias sobre el motivo de fondo, tenemos otra comunidad, la de Madrid, con seis millones de habitantes... donde desde hace 48 horas la vida política está monopolizada por las confusas y contradictorias explicaciones de su presidenta y toda la cúpula de una universidad pública sobre si se han cometido irregularidades para que Cifuentes consiguiera un título por el que muchos estudiantes se endeudan y estudian quitándole horas al sueño y ahorros a su familia. La presidenta dice que no enseña el proyecto fin de Máster para no dar pábulo a la oposición, según un miembro de su equipo. Es a los madrileños a los que debe dar pábulo y explicaciones. Y la Universidad dijo primero que todo estaba en orden y poco después que abría una investigación.

Aqui, allá y acullá...¿Y aún nos preguntamos por qué decepciona la política?