Rebelión o no rebelión
Juristas reconocidos Insisten en que sin violencia reconocida y reconocible no se puede juzgar a nadie por rebelión, que es similar argumento al de los jueces alemanes que no concedieron la extradición

Ya no hay vuelta atrás: el Tribunal Supremo abre juicio oral por rebelión, malversación y desobediencia contra 18 líderes independentistas, entre ellos el exvicepresidente Oriol Junqueras o la expresidenta del Parlament Carme Forcadell. Las partes tienen ahora cinco días para presentar sus conclusiones y todo parece indicar que el juicio como tal comenzará a principios del próximo año. La madre del cordero está en si hubo o no delito de rebelión, pena castigada con 30 años de cárcel, que no es poca cosa. Juristas reconocidos, como Martín Pallín o Pérez Royo insisten en que sin violencia reconocida y reconocible no se puede juzgar a nadie por rebelión, que es similar argumento al de los jueces alemanes que no concedieron la extradición. Súmese a ello el absurdo de que algunos se sienten en el banquillo, mientras el jefe que les mandaba, Carles Puigdemont, se ríe a distancia. En el aire, además, esas acusaciones de vendido y golpista a Sánchez por haber cedido hasta la náusea ante los independentistas. Con este sancocho maloliente, ¿qué hará la Abogacía del Estado, con el Gobierno detrás? Su posición será clave para saber si hay posible distensión o si vamos a seguir a cañonazos. Otro sí: ayer ingresó en la cárcel Rodrigo Rato. Recelaban los más escépticos antisistema. Pues ahí está: el todopoderoso vicepresidente de Aznar duerme entre rejas. Como cualquier atracador de bancos.
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