Sin Gobierno

Hipótesis primera: si las izquierdas no acuerdan hoy un Gobierno y vamos a otras elecciones generales, las derechas tendrán opción a ganar. Ellas sí han aprendido como trabajar en equipo: véase el tremendo pacto de Murcia. Podrán pactar, como a veces sucede en Francia contra la ultraderecha, la “preferencia”: los grupos de la derecha sin opción a escaño en un distrito no se presentarían en el mismo. Podrían arrasar así, en conjunto, en las provincias más despobladas y más disputadas.

Hipótesis segunda: evitar que haya dos gobiernos dentro de un mismo gobierno es imprescindible. Podría ocurrir si Podemos monopolizase todas las políticas sociales (la “repartidora”) y el PSOE apechugase con el coste de todos los ministerios del orden y la responsabilidad (de “Estado”). Y si se plantea un desafío a la autoridad del presidente, como pareció inferirse del desafío de Pablo Iglesias a Pedro Sánchez en el debate: aquello de que sin su apoyo “usted nunca será presidente”.

Hipótesis tercera: la legislatura no se acaba con la investidura. Las posibles fricciones se compensan a veces en un segundo momento, si resulta imprescindible que el principal partido afirme su autoridad. En la primera etapa de François Mitterrand había desde 1981, cuatro ministros comunistas. En 1984 desaparecieron del mapa del Gobierno, a medias por decisión propia, a medias incentivados por el giro económico emprendido por los socialistas.