Miguel Hurtado, víctima de abusos: "Doce casos me parecen pocos"
La Abadía de Montserrat admite que no hizo nada ante los abusos a menores de un monje "depredador sexual"
Miguel Hurtado, víctima de abusos en Montserrat, en La Ventana
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Madrid
Tras la publicación del informe de la abadía de Montserrat en el que se documentan los casos de abusos a menores que se produjeron en la institución y en el que se reconoce que la abadía no hizo nada; en el que se llega a calificar de "depredador sexual y pederasta" a uno de ellos, en La Ventana hemos hablado con la primera persona que denunció lo que ocurría en Montserrat, Miguel Ángel Hurtado.
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Hurtado cree que este informe no supone ninguna novedad y que tan solo refleja lo que ocurría en la abadía, que "En Montserrat se ha practicado la pederastia sin complejos y el señor Soler era un depredador sexual". La novedad es que ahora esto lo recoge oficialmente un documento de la propia institución. Además, aparece un nuevo abusador en el que lo destacable -dice Hurtado- es que "el pederasta sigue vivo". Señala que el delito ha prescrito y -por tanto- no se puede juzgar, pero también "si este señor quiere hacer voluntariado con niños no va a tener ningún problema para conseguir un certificado".
Andreu manos largas
Hurtado carga también contra los representantes políticos que, cree, no han hecho lo suficiente a este respecto para poder juzgar este tipo delitos aunque ya hayan prescrito y asegura que todo lo que han hecho es "hacer una propuesta descafeinada e insuficiente, un proyecto que tenían encima de la mesa ya en el 2016". Otro de los nombres que aparece en el informe es el de Andreu Soler, uno de los abusadores que ya ha fallecido y al que "en el grupo Scout se le conocía como 'Andreu manos largas'". Solé, cuenta la víctima, era una persona que sentía que podía hacer todo lo que quisiera y -recuerda- "murió sin pasar un solo día en prisión".
Como el informe refleja lo ocurrido allí a lo largo de 30 años y que eran conocedores de lo que ocurría, Hurtado subraya que lo que dice entre líneas es "que ha habido cuatro abades encubridores", porque es el número de abades que hubo durante ese tiempo. Señala también que el número de víctimas que aparecen en el documento -doce- le parecen pocos; se pone en el supuesto de que Andreu Soler “haya abusado de un menor cada año, ya te salen 40 víctimas”.
¿Hizo algo la abadía?
También pone el foco sobre el actual abad del monasterio, Josep Maria Soler, que "lleva escondido en una cueva desde enero". Asegura que si realmente hubiesen querido descubrir todo lo que ocurrió en el Monasterio "podían haber dado un sermón para que las víctimas denunciasen" o "haber enviado cartas tanto a los escoltas como la escolanía".
Y teniendo en cuenta que en el monasterio habían conocido siempre le llama la atención las reacciones que obtuvo cuando denunció su caso en el mes de enero: "se hacían los sorprendidos, los escandalizados (...) cuando ya sabían que habían encubierto un caso de pederastia".