Los Chikos del Maíz: rojos, blasfemos y con primos de derechas
Referentes del rap político, algunas de sus rimas te hacen sonreír y otras son puro veneno
Su nuevo disco, 'Comanchería', incluye colaboraciones con Kase.O, La M.O.D.A. o Ana Tijoux
undefinedVÍDEO: ROBERTO CUADRADO
Madrid
El tercer disco de Los Chikos del Maíz se llama Comanchería (Boa, 2019), un concepto extraído de un western de David Mackenzie que cuenta la historia de dos hermanos que se dedican a atracar bancos y con el que Toni Mejías y el Nega, entre zascas, proclamas e ironías, demuestran sentirse muy cómodos (al menos, hasta que les recordamos el título de la sexta novela de Arturo Pérez Reverte).
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Además esta vez se han rodeado de un montón de guest stars: la chilena Ana Tijoux, La Charli (Machete en Boca), Zatu (SFDK), David Ruiz (La M.O.D.A.)... Pero hay una colaboración que sobresale por encima del resto: "Kase.O es un referente para todo el que haga rap en castellano y además se ha mostrado dispuesto e involucrado desde el primer momento", explican satisfechos.
Senderos de gloria, el tema en el que colaboran con el rapero maño, está llamado a convertirse en un himno antibelicista ("hablan de justicia, libertad y democracia, pero los gobiernos son mafia"). Algo que no deja de ser curioso porque sus canciones están plagadas de referencias violentas: guillotinas, tanques, bombas lapa... "Vivimos en una sociedad extremadamente violenta. Sólo hay que poner las noticias y ver el número de desahucios o de parados", dice el Nega.
"Es lo que ha podido pasar con Valtonyc", añade Mejías. "Nosotros no tenemos guillotinas o bombas lapa, ni sabemos cómo fabricarlas, pero parece que por decirlo en una canción ya estás incitando a la violencia. En el cine o en los libros se permiten esas licencias artísticas, pero en el rap no".
Al preguntarles por el veto del Ayuntamiento de Bilbao a C. Tangana, con quien comparten un largo historial de pullas y mofas, se muestran de acuerdo con el tuit de Pablo Iglesias en el que el líder de Podemos expuso que "el trabajo de los artistas, como la política, debe ser objeto de crítica, de sátira, de burla o de beef, nunca de censura". Y van más allá: "Estoy en contra de ponerle límites a la libertad de expresión porque al final, los más perjudicados, no van a ser los de derechas".
Grandes referentes del rap político, Los Chikos celebran la buena salud de la escena valenciana y apuntan que los muchos años de gobierno del PP pueden haber ayudado. Parte de su ingenio, de hecho, nace del desprecio a "los fascistas" y no reparan en calificativos con Rivera, Casado o Abascal. Es más, en una de sus letras ridiculizan al trifachito al recordarles que juntaron a menos gente en Colón de la que ellos reúnen en un concierto del Viña Rock... ¡y sin subvencionar el autobús!
Una actitud crítica y desafiante —se definen como rojos y balsfemos— que solo templan con la familia porque, sí, Los Chikos del Maíz también tienen primos y cuñados y algunos puede que voten a Ciudadanos, al PP o a VOX. "La comida de Navidad es tensa", reconoce el Nega. "Tengo familia de derechas y de extrema derecha. Saludas, das dos besos e intentas que no salga la política, como pasó en el entierro de mi abuelo, hace un par de años, cuando a un primo empresario se le ocurrió hablar del despido libre y mi madre me tuvo que coger del brazo".
Algunos te hacen sonreír y otros son puro veneno, pero en Comanchería hay reproches para todo lo que se mueve: el cine español, Los Planetas, el bar de cereales de Malasaña, Javier Marías, Alfred y Amaia... El tema "más punki" del disco, sin embargo, es una gamberrada escondida en el último corte —al que ni siquiera han puesto título— y en el que hablan del peluqín del president Ximo Puig.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...