CIS: en el fondo, sin novedad
En lo fundamental sabemos que gana el PSOE y que Ciudadanos se hunde. Pero seguimos entre brumas respecto a qué viene luego; qué pactos de investidura; qué pactos para la gobernación. Osea, que hay novedades pero no hay novedad
La voz de Iñaki | CIS: En el fondo, sin novedad. / VÍDEO: Pablo Palacios
Madrid
Cuatro años seguidos escrutando las tripas de los sondeos, tasando promesas, barajando posibles alianzas, debería haber sido tiempo suficiente para que todos hubiéramos aprendido qué puede darnos y qué no va a darnos una nueva cita en las urnas. Puede darnos un resultado electoral con su ganador y todo pero no va a dejarnos aclarado el problema de la gobernación ni muchísimo menos qué hacer con ella. No va a asegurarnos el fin de ese ciclo de inestabilidad crónica. Para acabar con él necesitamos algo más que elecciones. No bastan las elecciones; se necesita voluntad y decisión política.
CIS: en el fondo, sin novedad
01:53
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000005787481/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Con los datos que el martes nos dio el CIS sabemos bastante e ignoramos muchísimo. En lo fundamental sabemos que gana el PSOE y que Ciudadanos se hunde. Pero seguimos entre brumas respecto a qué viene luego; qué pactos de investidura; qué pactos para la gobernación. Osea, que hay novedades pero no hay novedad.
Además, el barómetro del CIS puede ser una foto vieja porque la encuesta se hizo antes de la sentencia del procés, antes de los tumultos posteriores y la exhumación de Franco, sucesos todos ellos que han agitado aparatosamente las aguas políticas y que, al menos eso ha parecido, han cambiado cosas, por ejemplo, han impulsado con fuerza a Vox. Y aún quedan 11 días.
Si se llegara a materializar la desconfianza de Torra en el conseller Buch por la actuación de los Mossos el último tramo de la campaña puede estar marcado por la sombra de la ley de Seguridad Nacional y llevarnos a las urnas amarrados al ronzal de Cataluña hasta el último segundo.
Y un poquito más de carbón para la caldera catalana. La rectificación del Supremo sobre Juan Mari Atutxa atendiendo con once años de retraso la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que había dado la razón al expresidente del parlamento vasco va a alimentar, o puede hacerlo al menos, la presión y la hostilidad contra la justicia española. El caso Atutxa no tiene absolutamente nada que ver con el procés, pero con los términos desobediencia, Supremo y Estrasburgo hábilmente mezclados en una frase, se pueden hacer maravillas argumentales.