Manual para escapar de un periodista
Boris Johnson, Matteo Salvini, Silvio Berlusconi, Emmanuel Macron... todos saben cómo escapar a las preguntas incómodas
Manual para escapar de un periodista
01:56
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1576219701895/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Una de las palabras de la semana ha sido la discreción. Discreción en las negociaciones, pocas preguntas en las ruedas de prensa -cuando las hay-. Ocurre aquí pero ya imaginarán que no es sólo cosa nuestra. Lo de maneras de despistar a un periodista es un manual muy leído: ahí está el ahora triunfante Boris Johnson, que llegó a meterse en un cogelador para huir de los periodistas.
Más información
Ha arrasado en las elecciones quien mintió en el referéndum del 'brexit' y quien se formó como periodista en Bruselas inventando titulares contra la Unión Europea. Era, literalmente, el corresponsal favorito de Margaret Thatcher y según contaba él mismo, orgulloso, falseaba las noticias. Le echaron del Times por eso y por eso le contrató el Telegraf, para que inventara el 'brexit' antes del 'brexit'. De estridencia en estridencia, ha arrollado en el país de Orwell.
Estridencias: preguntan a Salvini los periodistas italinos cómo funciona el mecanismo europeo contra el que está haciendo campaña. Contesta lanzando un beso al micrófono. Es la traducción italiana de esos políticos que, ante una pregunta concreta, dicen que tienen a España en el corazón.
De acuerdo con los sondeos, el 40% de los italianos votaría por una opción ultra, sobre todo a Salvini, aunque las plazas se le llenan de sardinas. Lograría escaños incluso Silvio Berlusconi, al que otros periodistas preguntaron hace unos días y se los quitó de encima así. Dejen que me vaya que tengo que ir de putas.
Macron ha afrontado otra de sus peores semanas pero ha hecho salir a su primer ministro en televisión para anunciar que aplaza el controvertido plan para unificar las pensiones y, al final, uno se da cuenta de que en España tendremos interinidad pero estabilidad la disfrutan muy pocos; incluida la propia Angela Merkel. Tiene sentido que nos preguntemos qué fue de la estabilidad aunque, por tal de no darnos respuestas, sean capaces de meterse hasta en la nevera.