¿Pervivirá Miguel Hernández o Martínez Almeida?
El alcalde madrileño da una nueva vuelta de tuerca dinamitando lo que otros tuvieron la dignidad de hacer. Quizás esté ajustando cuentas con el anterior gobierno municipal, pero al hacerlo lo único que hace es pisotear la memoria de los represaliados
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Madrid
El Ayuntamiento de Madrid presidido por Manuela Carmena decidió resignificar un lugar en el Cementerio de la Almudena para honrar y recordar a las 3000 personas ejecutadas por el franquismo en sus tapias entre 1939 y 1944. Ahora, el consistorio presidido por Martínez Almeida ha decidido resignificar lo resignificado y ha eliminado la placa que recordaba los nombres de los asesinados y, no satisfecho, ha borrado unos versos de Miguel Hernández y la despedida de Julia Conesa, una de las Trece Rosas, en la que pedía que su nombre no se borrase de la historia.
La relación del PP con la Memoria Histórica siempre ha sido distante, por ser finos. Y sus esfuerzos por cumplir con la ley en esta materia han sido nulos. Pero el alcalde madrileño da una nueva vuelta de tuerca dinamitando lo que otros tuvieron la dignidad de hacer. Quizás esté ajustando cuentas con el anterior gobierno municipal, pero al hacerlo lo único que hace es pisotear la memoria de los represaliados. No llega a la desvergüenza de Ortega Smith que acusó a las Trece Rosas de violar y torturar, pero se aproxima peligrosamente. En todo caso, parafraseando al poeta, la memoria de Miguel Hernández y del resto de represaliados pervivirá, porque son como el árbol talado que retoña porque aún tiene la vida. Otros serán olvidados o recordados de mala manera.