Una pérdida para la posteridad
Pablo Picasso se declaró abiertamente antifranquista. Con motivo de su 90 aniversario, varias galerías de Barcelona y Madrid hicieron actos en su honor. Los franquistas quisieron sabotearlos y el 5 de noviembre de 1971, la Galería Theo en Madrid sufrió un atentado
Una pérdida para la posteridad
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Si hubo un pintor español que se significó contra el régimen del general Franco, este fue sin duda Pablo Picasso. Aparte de pintar el Guernica para concienciar al mundo de los horrores que estaban perpetrando los fascistas contra mujeres y niños durante la Guerra Civil española, también se negó a volver a España mientras estuviese vivo el dictador. Por desgracia para Pablo, murió él antes.
Pero Picasso no era solo antifranquista: era un artista que no escondía sus simpatías por el comunismo. De hecho, llegó a tener carnet del Partido Comunista Francés. No es de extrañar que los franquistas convencidos odiaran tanto al pintor malagueño como este a ellos. Esto hizo que, mientras en todo el mundo recibía homenajes, en España recibiese todo lo contrario.
En 1971, con motivo del 90 aniversario del pintor, diversas galerías de Barcelona y Madrid celebraron actos y exposiciones en su honor. Y fueron estos centros culturales los que recibieron la ira que los franquistas sentían contra el artista. En Barcelona, se lanzaron cócteles Molotov contra un taller dedicado al genio andaluz, mientras que en Madrid hubo roturas de cristales y lanzamiento de pintura roja contra tres librerías. Pero el peor atentado tuvo lugar el 5 de noviembre de 1971, en la Galería Theo de la capital, cuando un comando que se autodefinió como antimarxista destruyó 24 grabados de Picasso. No sé exactamente qué pretendían ganar con ese acto, pero lo que sí que está claro es que salimos perdiendo todos.