Otto Rahn y la búsqueda del grial
Otto Rahn es uno de los culpables de la renovada pasión moderna por la búsqueda del Santo Grial. Dicen que este personaje fue una de las principales fuentes de inspiración de Steven Spielberg al crear a su Indiana Jones. Claro que Rahn no era norteamericano, sino alemán, y su vida y muerte está envuelta en tanto misterio como la del Grial con el que se obsesionó
Otto Rahn
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Madrid
En el libro “Las reliquias de Hitler”, de José Gregorio González, cuenta que tuvo una vida un tanto agitada por las sospechas de su origen judío y su tendencia a beber más de la cuenta. De hecho, estuvo durante cuatro meses en el campo de concentración de Dachau como integrante dela División SSCalavera “Oberbayern”, como castigo de vigilante de los presos y autorizándosele posteriormente a dedicarse en cuerpo y alma a sus investigaciones, lo que le permitiría regresar a Montsegur en su afán de localizar definitivamente su grial. Tras sus pesquisas y sus viajes, la muerte le sorprendió el 13 de marzo de 1939, cuando contaba 35 años, en las montañas cercanas a Kufstein, al caer por un glaciar apenas un mes después de haber renunciado a las SS. Algunos investigadores dicen que practicó la “endura”, un rito cátaro de suicidio.
Para José Gregorio González, Rahn tenía un concepto del grial diferente. Creía que se trataba de un grupo de tablillas con inscripciones rúnicas, grabadas sobre madera o piedra, en las que se recogían todos los conocimientos herméticos existentes, una especie de Tabla Esmeralda. Y como ha venido ocurriendo con otros personajes, también en el final de Otto Rahn encontramos algo de intriga sí damos crédito a quienes aseguran que no murió, sino que por el contrario se simuló el accidente para que pudieran continuar investigando sin las presiones que en los últimos tiempos recibía por sus manifestaciones a favor de la paz y por su más que probable ascendencia judía. Bajo otra identidad pudo seguir sus investigaciones, con el padrinazgo particular de Karl Wolf.
Lo que parece cierto es que el propio Himmler siguió sus pasos por los Pirineos y el Languedoc francés en busca también del deseado objeto al que Rahn dedicó su vida. Fue al monasterio de Montserrat, el 23 de octubre de 1940, en busca de este objeto de poder influido tanto por las investigaciones de Rahn como por el libro de Wolfram von Eschenbach, “Parzival” que ubicaba el secreto del grial en Munsalvaesche. Himmler entendió que se refería a Montserrat y no a Montsegur y allí que fue. Al parecer, salió decepcionado por la ausencia de documentos al respecto. Le acompañaban veinticinco oficiales de las SS con el general Günter Alquen y el influyente jefe de Estado Mayor Karl Wolf. En el monasterio les atendió el padre Ripoll quién comentaría más tarde que el jefe de las SS rehusó entrar en el templo, prestando un inusitado interés por el entorno montañoso.
¿Otto Rahn seguía vivo en aquellos momentos bajo otra personalidad?