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Antonio Pampliega: "Estados Unidos no se ha retirado de Afganistán, ha huido"

Dos expertos analizan en qué punto están ahora los miles de afganos que volverán a la "caverna" de los fundamentalistas

La Ventana a las 16h | Día uno tras la toma de Kabul por los talibanes

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Madrid

Afganistán vive sus horas más convulsas después de la retirada de las tropas estadounidenses. La tensión ha ido a más con la llegada de los talibanes a la capital, Kabul, que propició la huida del presidente del país, Ashraf Ghani, y del personal diplomático de varios países. El problema está ahora en el peligro que corren los miles de afganos que quedarán en manos de los extremistas. Para analizar su situación, han pasado por los micrófonos de 'La Ventana', Ana Ballesteros Peirón, investigadora senior asociada del Barcelona Centre for Internacional Affairs (CIDOB), y el periodista Antonio Pampliega.

Ahora mismo, la situación de las mujeres afganas es extremadamente delicada. Es lo más preocupante: “Las hemos dejado vendidas. Hemos demostrado el nulo interés y la falta de consideración que hemos tenido con ellas”, según Ballesteros. Al principio, “fueron utilizadas para justificar la intervención en Afganistán”, y el problema ahora es que “no pueden respirar; están anticipando lo que se les viene encima. Muchas mujeres han sido muy activas en las redes y están asustadísimas porque creen que van a ir a por ellas”.

Muchos afganos temen ahora represalias de los talibanes: “El régimen talibán es la caverna” y el riesgo ahora es “retrotraernos tanto”. Para la investigadora del CIDOB, “estos veinte años no han sido perfectos, pero las mujeres han podido ir al mercado a comprar. Las democracias necesitan tiempo y nos hemos cansado”.

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Pampliega también coincide en el diagnóstico: “Se han hecho muchas cosas mal en estos 20 años, pero lo que viene ya se conoce. Los talibanes amputaban los dedos de las mujeres porque los tenían pintados y llegaron a prohibir su risa porque provocaba a los hombres. Esa gente ha vuelto al poder y todos estos años de mujeres trabajando y en la universidad se han terminado de golpe y plumazo”.

Sobre la responsabilidad de Estados Unidos en el conflicto, Ballesteros cree que “no se dijo la verdad desde el principio”y que Biden solo “quería salvar la cara”. “No es justo responsabilizar a los afganos” porque “no es una guerra civil a la que otros países se hayan visto arrastrados; es una guerra de todos en Afganistán. Lo que no podemos decirles es que se defiendan ellos solos, porque nos hemos metido los demás. Es irresponsable e injusto”. Para Antonio, “Estados Unidos no se ha retirado; ha huido. Era impensable que la comunidad internacional les fuera a abandonar. Han vivido una mentira".

"Una guerra de todos en Afganistán"

El conflicto no tiene una solución fácil, y menos a corto plazo. Ana no cree que se pueda conseguir demasiado a estas alturas: “Ya es tarde. Se podría hacer algo, pero no sé hasta qué punto hay voluntad o interés. Los talibanes no han cambiado. Yo esperaría, pero vamos a retroceder 200 años, no 20, porque vienen con ganas de revancha”. Lo único que se puede hacer ahora es “forzar a la comunidad internacional para hacer mucho ruido”.

Para Alberto, hay un problema muy grave de fondo: “No se les puede decir ‘ahora sois una democracia y tenéis estas leyes’. Lo primero que hay que hacer es educarlos e invertir en universidades y colegios. Cuando haya estabilidad y no haya una masa iletrada, porque el 80% de los afganos son analfabetos, hablamos de democracia y les damos la opción que elijan”. Según, el responsable de la Cruz Roja en Afganistán, Alberto Cairo los afganos necesitan a una persona como Mussolini o Franco que “les diga lo que tienen que hacer, porque no saben leer”.

Historias truncadas

Las mujeres serán sin ninguna duda las mayores perjudicadas de este régimen talibán que ya estuvo en Afganistán desde 1996 hasta el 2001. Llegaron a “amputar los dedos de las mujeres que tenían las uñas pintadas” y “prohibir la risa de las mujeres porque provocaba a los hombres”. Todos estos años de mujeres trabajando y en la universidad se han terminado “de golpe y plumazo”.

Los afganos se encontraron ante una situación desesperada y cuando corrió la información de que los estadounidenses salían del país , se precipitaron al aeropuerto para poder huir con ellos. Varias patrullas criminales asaltaron por el camino a las personas que se dirigían, a lo que ellos consideraban, su última esperanza. Un amigo de Alberto, tomó un bus de Herat a Kabul y recorrió unos 800 km porque es hazara y “tiene miedo de que se le pase a cuchillo” como se hizo la última vez que los talibanes se hicieron con el poder.

 
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