El propósito de este año: no despistarnos ni dejar que nos despisten
Igual molesta recordarlo hoy, pero no tenemos que despistarnos ni dejar que nos despisten: seguirán matando a mujeres por el hecho de serlo, creciendo en sondeos los que niegan la violencia machista y existiendo agresiones al grito de maricón

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Madrid
Son las 8, las 7 en Canarias. Y qué sabemos. Qué sabemos lo que será 2022 si quién nos iba a decir lo que ha sido 2021, que trajo a Ómicron. Y la vacunación. Y nos trajo el volcán de Cumbre Vieja, que engulló casas, colegios, empresas, campos, la iglesia de Todoque...
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El propósito de 2022: no despistarnos ni permitir que otros nos despisten
Algunas cosas sí sabemos, de 2022. Sabemos que tendremos que convivir con el virus. Sabemos que, ahora que más falta hace, menos hablaremos de La Palma y de las miles de personas que siguen sin casa, porque de las suyas apenas tuvieron un cuarto de hora para recoger lo que pudieran. Sabemos que habrá fenómenos extremos, parecidos a Filomena o al fuego de la Sierra Bermeja.
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Sabemos que seguirán matando a mujeres por el hecho de serlo, mientras crecen en los sondeos quienes niegan la violencia machista y la homófoba. Que eso también lo sabemos: habrá más agresiones al grito de maricón, que es lo que le gritaron a Samuel Luiz antes de matarlo. Igual molesta recordarlo hoy, día de buenos propósitos. Pero es que un buen propósito es no despistarnos ni dejar que nos despisten. Que ruido, hay en todas partes.
Eso también lo sabemos, que habrá jaleo del que se mide en encuestas, no en decibelios. Habrá elecciones, aunque no hace falta que las haya para que sea campaña. Porque de eso es de lo que más seguros estamos: que el curso de los grandes acuerdos sociales dará paso a un curso con más ruido. Justo cuando va a dejar de sonar en los escenarios la música de Serrat. Disfrutemos, entonces, de las pequeñas cosas.




