Internacional

Bush defiende la invasión de Irak en su primer día de visita en Londres

La llegada del mandatario colapsa Londres

El primer discurso de George Bush en el Reino Unido se produjo este mediodía en el palacete de protocolo Banqueting House. Allí dijo que el uso de la fuerza es algo, a veces, necesario.

El presidente de EEUU, George Bush pronunció un discurso sobre la alianza transatlántica en el majestuoso palacete de protocolo Banqueting House, en la zona de Whitehall, el centro gubernamental de la capital británica. El presidente nortemaricano aseguró que a veces el uso "medido" de la fuerza es la única forma de defender la paz, en alusión a la reciente invasión de Irak.

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Bush indicó además que Londres y Washington comparten "una alianza de valores" que se mantiene "fuerte" y que ambos países tienen "una misión" que cumplir. El presidente de Estados Unidos afirmó que el terrorismo internacional "será derrotado" e insistió en el peligro que supone para el mundo el hecho de que países "sin escrúpulos" posean armas de destrucción masiva.

RECIBIDO CON HONORES POR ISABEL II

Por la mañana, la Reina dio la bienvenida con honores a Bush, que recorrió en su Cadillac de Ville blindado los apenas cien metros que separan su "suite Belga", donde se aloja, de la tribuna montada especialmente para esta ceremonia ante la fachada del palacio.

A diferencia de otras visitas de Estado, por razones de seguridad se suprimió el tradicional recorrido en carruaje que hace la soberana junto a su huèsped por las calles de Londres para trasladarse al palacio de Buckingham, su residencia oficial.

Nada más llegar Bush y su esposa, Laura, hasta el pabellón real, el Regimiento Real de Artillería disparó desde el cercano Green Park 41 salvas de cañón, como manda la tradición para estas ceremonias. El pabellón fue montado en forma de dos pequeñas torres, adornadas con los colores blanco, rojo y azul de las banderas estadounidense y británica y con el escudo de armas de la Reina.

ASISTIERON BLAIR Y DOS MINISTROS

Vestida con un traje falda color lila y pamela a juego, Isabel II presentó a Bush a tres miembros de su Gobierno: el primer ministro, Tony Blair, y los titulares de Exteriores e Interior, Jack Straw y David Blunkett, respectivamente. Tras escucharse el himno nacional de Estados Unidos, Bush, acompañado por el duque de Edimburgo, pasó revista a la Guardia Real en el patio del palacio en una vistosa ceremonia.

Por delante de la tribuna donde se colocaron Bush y la Reina desfiló también la guardia a caballo que se releva a diario en un palacio cercano a la residencia de la Familia Real. Nada más terminar el acto de bienvenida, la Reina y su huésped hicieron en un lujoso Rolls-Royce el pequeño recorrido hasta la entrada principal del palacio para visitar la Colección Real.

REUNIÓN CON LA OPOSICIÓN

Poco después, George Bush se ha reunido con los jefes de los partidos políticos de la oposición, el conservador Michael Howard y el liberal demócrata Charles Kennedy, que aprovechará para mostrar a Bush la oposición de buena parte de la sociedad británica con su actuación en Irak.

Esta tarde tiene previsto saludar a un grupo de familiares de las víctimas de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en EEUU. Esta misma noche, la Reina agasajará al presidente y su esposa con un banquete de Estado en el palacio de Buckingham, que sacará toda su vajilla y platería de lujo en honor de Bush.

CALLES CORTADAS, BARRICADAS Y MUCHA SEGURIDAD

La llegada de George Bush ha convertido Londres en uno de los sitios más seguros del mundo, pero también en una ciudad caótica, a causa de la puesta en marcha un dispositivo de seguridad sin precedentes ante una posible amenaza terrorista y por las protestas que la visita ha suscitado en el país.

Muchas de las principales calles de Londres están cortadas, hay barricadas por doquier, numerosos controles, decenas de francotiradores por los tejados, helicópteros sobrevolando la ciudad, lanchas policiales por el Támesis, catorce mil agentes de la policía metropolitana (casi la mitad del cuerpo) por las calles, detectores de metales casi en cada esquina, 250 miembros del Servicio Secreto estadounidense siguiendo los pasos de George Bush y unidades antiterroristas repartidas por toda la ciudad. También están en alerta efectivos de las fuerzas especiales británicas SAS (Special Air Service) y de los servicios de espionaje y contraespionaje -MI5 y MI6-. Cuarenta vehículos blindados se usarán en los desplazamientos del dirigente, entre ellos su Cadillac deVille, diseñado para soportar ataques con lanzagranadas e incluso atentados con armas químicas o biológicas.

PREVENIR LOS ATENTADOS Y LAS PROTESTAS

Prácticamente todos los actos de Bush tienen lugar a puerta cerrada. El presidente se mueve además en un radio de pocos kilómetros en el centro de Londres, perfectamente acordonado por las fuerzas de seguridad. Es la manera más eficaz de evitar encuentros indeseados con manifestantes como el millar de ecologistas que ayer protestaron contra su política de Medio Ambiente.

Bush se reunirá el jueves con Tony Blair y visitará la abadía de Westminster y la tumba del soldado desconocido. Se reunirá además con tropas británicas que han combatido en Irak y Afganistán. Se espera que 100.000 personas se den cita entonces para protestar contra la guerra de Irak. Al conflicto se refirió ayer Bush asegurando que siempre fue su "última opción".