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Bush regresa a EEUU tras su visita por sorpresa a Irak

El pavo de Acción de Gracias, en las portadas de medio mundo

El Air Force One, avión presidencial, aterrizó sin novedad en el aeropuerto de Andrews, desde donde el presidente se trasladó a su rancho en Crawford (Texas) para reunirse con su esposa Laura, sus padres George y Barbara y sus hijas Jenna y Barbara, con quienes finalmente no pudo celebrar la tradicional festividad estadounidense.

George Bush estaba teóricamente en su rancho de Texas, listo para cenar con sus padres en la noche de Acción de Gracias. En el mayor de los secretos se preparó su escapada a Irak, o más concretamente al aeropuerto de Bagdad, del que no salió en las dos horas y 32 minutos que duró esta visita.

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Llegó allí en el "Air Force One" con las luces apagadas, cenó, arengó a las tropas y despegó inmediatamente de vuelta a casa. Sólo sus colaboradores más cercanos estaban al tanto del viaje. Algunos de ellos, según cuentan, sumamente preocupados por el riesgo de atentados con misiles contra el avión de Bush si la noticia llegaba a circular antes de tiempo. Al grupo de periodistas que viajaron junto a Bush se les obligó a jurar que no dirían nada hasta que fueran autorizados.

La Casa Blanca asegura que el viaje se habría suspendido o el avión habría dado media vuelta si alguien hubiera informado sobre su intención de convertirse ayer en el primer presidente de Estados Unidos que pone sus pies en Irak, aunque no sea, precisamente, en una visita oficial. De puertas para adentro es una opción cargada de simbolismo y, posiblemente con un valor político extraordinariamente rentable.

LA PUESTA EN ESCENA

Todo fue preparado por Karl Rove, el cerebro político de Bush. El administrador civil de Irak, Paul Bremer, acudió a un hangar del aeropuerto de Bagdad para cenar con los soldados de la primera división acorazada y de la octogésimo-segunda aerotransportada. Bremer anunció que iba a leer un mensaje presidencial y se preguntó en voz alta: "¿Hay alguien por aquí con más autoridad que nosotros?". En ese momento, apareció detrás de unas cortinas el presidente estadounidense ataviado con una cazadora de la Primera División Acorazada. Bush dijo ante los gritos y la sorpresa general que "estaba buscando un sitio para cenar caliente". Acto seguido añadió: "Gracias por invitarme, no se me ocurre una cena de acción de gracias con mejor gente que vosotros".

El presidente estadounidense arengó a sus tropas y les agradeció su labor en un momento especialmente delicado. Añadió que Estados Unidos no saldrá corriendo de Irak por una banda de gangsters y asesinos después de haber liberado a 25 millones de personas y haber derrocado a un sanguinario dictador. Bush también se entrevistó con cuatro miembros del Consejo de Gobierno provisional iraquí. les confirmó que estados unidos seguirá en el país hasta que haya cumplido sus objetivos.

La visita sorpresa de George Bush a Irak acapara muchas de las portadas de la prensa internacional, que además recogían la imagen del presidente norteamericano mostrando una bandeja con un apetitoso pavo de Acción de Gracias.

El "USA Today" lo resume en números: "Una visita de 30 horas, 27 de ellas, no salió del avión". El "Times" de Londres opina que este viaje ha sido una de las estrategias propagandísticas más relevantes de la historia de la Casa Blanca.

"The New York Times" lo considera un golpe de efecto. El "Washington Post" opina que Bush ha confortado a los soldados de la forma más sencilla: con frases llenas de religiosidad y de fe. El "Franfurter Allgemeine Zeitung" advierte de que Bush sólo quería levantar la moral de las tropas tras una nueva oleada de bajas.

Por su parte, "Le Monde" recuerda que el presidente americano sólo ha seguido el ejemplo de su padre. En 1990, aterrizó a unos cientos de kilómetros del Kuwait ocupado.

Bush: "Sólo buscaba comida caliente en algún sitio"