Los Veinticinco rebajan sus exigencias para lograr un acuerdo sobre la Constitución
Se intenta un acuerdo para responder a la abstención de los europeos
Los gobiernos de la Unión Europea reafirmaron ayer su voluntad de llegar esta semana a un acuerdo sobre la primera Constitución de la UE como respuesta al escaso entusiasmo europeo mostrado por los ciudadanos en los comicios del domingo.
La alta tasa de abstención registrada en las elecciones al Parlamento Europeo no dejó indiferentes a los ministros de Asuntos Exteriores de la UE que ayer se reunieron en Luxemburgo para preparar la recta final de las negociaciones sobre la Constitución.
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"No podemos quedarnos con los brazos cruzados", afirmó a la prensa el titular español, Miguel Ángel Moratinos. "Tenemos que involucrar cada vez más a la ciudadanía para que construya junto con los gobiernos el proyecto europeo".
En su opinión, la mejor manera de hacerlo es "aprobando la Constitución" este viernes, una constitución que "cuanto más ambiciosa sea, mejor, porque los ciudadanos se sentirán mejor representados".
POCOS GANADORES Y MUCHOS PERDEDORES
El ministro español, uno de los pocos que pudo levantar la mano cuando el presidente del Consejo, el irlandés Brian Cowen, pidió con ironía que se identificaran los "ganadores" de las elecciones, animó a "recuperar el espíritu federalista" en la construcción europea a fin de devolver la ilusión a los ciudadanos desencantados.
"Hay que recuperar el espíritu federalista en la construcción europea para ilusionar a los ciudadanos, pero esto hay que explicarlo bien, las ventajas y los desafíos que plantea", dijo Moratinos.
A sólo unos días de la decisiva cumbre que deberá cerrar la Constitución, un cierto sentido de la responsabilidad y urgencia movió a los ministros europeos a preparar la atmósfera para un acuerdo.
Cowen se declaró "animado" por las conclusiones del debate mantenido ayer por los veinticinco ministros de Exteriores, aunque no pudo llegarse a conclusiones sobre la mención al Cristianismo en el Preámbulo, el valor jurídico de la Carta de Derechos Fundamentales o la declaración relativa a los procedimientos del Pacto de Estabilidad del euro, donde se ha topado con nuevos tropiezos.
VOTO POR MAYORÍA
La Presidencia sometió a los socios un documento de una veintena de páginas con enmiendas referidas sobre todo al ámbito de aplicación del voto por mayoría.
Una gran parte de ellas podrían cerrarse antes de la negociación final sobre las espinosas cuestiones institucionales: definición de la "doble mayoría", composición de la Comisión Europea y número mínimo de eurodiputados.
Según fuentes comunitarias, el debate fue fructífero y cuatro delegaciones (Suecia, Finlandia, Dinamarca y Estonia) anunciaron incluso que podrían aceptar el paquete de la Presidencia en el contexto de un compromiso global.
DÍFICIL PARA LAS OTRAS LENGUAS DE ESPAÑA
Las propuestas parecieron satisfacer las exigencias del Reino Unido por lo que respecta al mantenimiento del derecho de veto en las decisiones sobre política fiscal, seguridad social, cooperación judicial penal, y política exterior y de defensa.
La redacción sugerida por la Presidencia a fin de respetar las "líneas rojas" británicas no pareció suscitar el veto contrario de otras delegaciones, aunque países integracionistas como Bèlgica consideraron "insuficientes" los avances hacia la desaparición de la unanimidad.
El ministro español Miguel Angel Moratinos hizo circular un proyecto de declaración sobre el estatuto de las lenguas regionales, aunque Cowen volvió a considerar "difícil" que la Constitución recoja la integridad de lo que pide España.
