La Policía supo que las bombas del 11-M eran típicas de Al Qaeda pocas horas después de la masacre
Los agentes comprobaron que los explosivos que no estallaron iban a ser detonados con móviles
Madrid
La policía supo muy pocas horas después de los atentados del 11-M que el mecanismo que activaba las bombas, mediante teléfonos móviles, era el que solía utilizar Al Qaeda. Pese a ello, el entonces ministro del Interior, Angel Acebes, mantuvo durante tres días que el 'modus operandi' había sido el de ETA.
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Según ha sabido la agencia COLPISA, agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Municipal de Madrid abrieron dos de las mochilas que no estallaron, localizadas en las estaciones de Atocha y El Pozo, y comprobaron que los explosivos iban a ser detonados mediante teléfonos móviles. Un sistema de activación de bombas que los servicios de Información atribuyeron ya en 2003 a los grupos islamistas radicales.
Según la versión oficial, hasta las 2.40 horas de la madrugada del 12 de marzo no se abrió en la comisaría del Puente de Vallecas la mochila encontrada en El Pozo del Tío Raimundo, recuperada entre los enseres de los muertos y heridos. Según esa versión, sólo entonces se supo que el sistema para hacer detonar los explosivos consistía en un teléfono móvil conectado a la carga. El análisis del contenido de la mochila precipitó las primeras detenciones de sospechosos, un día después.
UN MÓVIL COMO DETONADOR
Las fuerzas de Seguridad, sin embargo, conocían el dato de que el mecanismo detonador de cada mochila bomba fue un teléfono móvil desde sólo unos minutos después de la masacre. Según consta en diligencias judiciales que ha reclamado la comisión, agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Municipal hallaron nada más producirse los atentados tres mochilas-bomba, dos en la estación de Atocha y una en el apeadero de El Pozo del Tío Raimundo, y revisaron el contenido de dos de ellas. Comprobaron que en ambos casos había un teléfono móvil del que salían cables.
EL DATO NO ESTÁ EN LA COMISIÓN
Los expertos en desactivación de explosivos que acudieron tanto a Atocha como al apeadero de El Pozo del Tío Raimundo detonaron las dos mochilas abiertas y la tercera, que estaba cerrada y no se analizó su contenido. Los agentes que las encontraron, sin embargo, transmitieron poco después la información a funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía.
El detalle de que los agentes abrieron dos de las tres mochilas encontradas minutos después de los atentados se desconocía, y tampoco figura en la documentación enviada por el Gobierno a la comisión parlamentaria de investigación sobre el 11-M.