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Google despierta el interés de los inversores españoles

Asesores y bancos reciben miles de solicitudes pese a que no se puede participar en la colocación desde fuera de EE UU

Madrid

Google ha levantado una gran de expectación con su salida a bolsa. Tanta, que recuerda a la época de la burbuja tecnológica. Normalmente no se puede participar en las OPV estadounidenses desde fuera de ese país, pero tal es el interés despertado por esta colocación que los inversores españoles no dan tregua a sus asesores bursátiles, según informa hoy Cinco Días.

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"Nos están friendo a peticiones de información, pero no podemos prestar gran ayuda", explicaba ayer al diario económico un directivo de uno de los bancos colocadores que participan en la OPV de Google. Los teléfonos en España de Morgan Stanley, Credit Suisse o JP Morgan no dejan de sonar. Google ultima su salida a Bolsa, no hay fecha en el calendario y son muy pocos los que saben cómo comprar.

La respuesta siempre es la misma: 'No se puede hacer desde aquí', dicen en Morgan Stanley. El director general de Google España, Miguel de Reina, habla en el mismo sentido: 'Eso es lo que pone en el folleto, desde fuera de EE UU no se puede'. Un simple vistazo al documento remitido a la al organismo regulador del mercado de valores de EE UU es revelador. Además, la compañía se reserva una especie de "derecho de admisión" por el que puede rechazar a cualquier inversor.

Si aún así se logra atravesar tanto control, Google dará una semana a los interesados para que se identifiquen y soliciten una clave electrónica que les sirva de llave en la puja por los 24,6 millones de títulos que colocará en agosto. Esas personas o entidades podrán cumplimentar sus datos en www.ipo.google.com. Desde el principio, la puntocom con sede en California ha manifestado defender a los pequeños inversores y persigue que sean ellos, con su demanda de acciones y expresando la cantidad que desean pagar, quienes marquen el precio final. Como orientación hay una horquilla entre 89,2 a 115,5 euros.

Las peticiones llegarán por Internet, teléfono, por fax o en persona, explica Cinco Días. Pero tanto la identificación del inversor como el envío de documentación y la confirmación de la validez de las pujas se llevarán a cabo en la red. La firma de Sergey Brin y Larry Page ha elegido una fórmula revolucionaria para la colocación: la subasta holandesa. Google va a ordenar las ofertas de mayor a menor y fijará el precio en la última que pueda atender.

Además, Google asegura que ha tomado medidas para eliminar a posibles especuladores en plena puja, coordinada por Credit Suisse y Morgan Stanley. Con todo, trata de desmarcarse de las prácticas impulsadas por grandes compañías de base tecnológica durante la burbuja tecnológica. "Quienes traten de ganar dinero en el corto plazo con nuestras acciones van a sufrir una profunda decepción", sostienen desde la empresa.

 
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