La cumbre entre Baltar, Cuiña y Fraga no pone fin a la crisis del PP gallego

Al final la reunión ha tenido lugar. José Luis Baltar, ha acudido a la residencia privada del presidente de la Xunta, Manuel Fraga. El presidente de la Diputación de Orense no ha acudido solo, ha entrado acompañado de Xosé Cuiña, el supuesto "valedor en la sombra" de los rebeldes gallegos. Hasta ahora Cuiña, que fue durante años el delfín de Fraga, se había mantenido en un discreto segundo plano. La reunión (que había estado en el aire durante toda la jornada por una gastroenteritis del octogenario presidente) ha durado poco más de una hora. Baltar y Cuiña han salido de Monte Pío con gesto serio y sin hacer declaraciones. Fuentes del PP apuntan que no se ha alcanzado ningún acuerdo aunque, sí ha habido algún avance que permite seguir adelante con las negociaciones.

El presidente de la Xunta y del PP gallego, Manuel Fraga, ha celebrado esta noche una reunión con el presidente de los populares orensanos, José Luis Baltar, y el mandatario del partido José Cuiña. Ambos dirigentes llegaron a las 21.25 horas de la noche a la residencia oficial de Fraga en Santiago de Compostela, donde el presidente se encontraba reposando desde este mediodía después de que se le diagnosticara una gastroenteritis aguda.

Apenas una hora después Baltar y Cuiña han abandonado la residencia de Monte Pío en el coche oficial del líder del PP orensano. No ha habido declaraciones y el coche ha salido de la residencia de Monte Pío dando un acelerón.

LA GRAVE CRISIS DEL PP DE GALICIA SE PROLONGA

Fuentes del PP han reconocido a la Cadena SER que en la reunión que han mantenido el presidente de la Xunta, Manuel Fraga con el presidente de la Diputación de Orense, José Luis Baltar y el ex-conselleiro Xose Cuiña no se ha alcanzado ningún acuerdo aunque, según estas fuentes sí ha habido algún avance y han decidido seguir las conservaciones para tratar de impedir la ruptura del partido.

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Según estas fuentes cercanas a los asistentes, Cuiña se ha ofrecido para colaborar en todo lo que pueda y se van a estudiar fórmulas de colaboración. Xosé Cuiña se había mantenido hasta ayer en la sombra en esta crisis y aseguraba en privado que no estaba detrás de la rebelión.

UNAS PETICIONES DIFÍCILES DE SATISFACER

Varios dirigentes del PP tanto en Santiago como en Madrid han mostrado su sorpresa por la aparición de Cuiña apoyando públicamente a Baltar. El dirigente orensano mantiene la amenaza de escisión y exige tener manos libres para hacer las listas, un puesto seguro para Cuiña en las candidaturas y el cambio del secretario general del PP gallego, Xesus Palmou. Estas condiciones difícilmente serán aceptadas por el otro sector del PP.

Por su parte, fuentes de la dirección nacional del partido consideran que lograr un acuerdo se está poniendo muy difícil aunque reconocen que sería lo mejor. Exigen garantías para fiarse de los dirigentes que se han rebelado y piensan que todo es consecuencia de que Fraga "ha reinado pero no ha gobernado y ha permitido los reinos de taifas para perpetuarse en el poder".

Algunos sectores del partido creen que la situación se ya convertido ya en un test para el liderazgo de Rajoy que debería intervenir y tratar de zanjar el asunto.