Benedicto XVI denuncia el "destierro de Dios de la vida pública"
Abre su primer Sínodo de Obispos
Ciudad del Vaticano
El papa Benedicto XVI inauguró hoy un encuentro entre obispos de todo el mundo con una misa en la Basílica de San Pedro, en lo que representa el acto de mayor relevancia por parte del pontífice en el Vaticano desde que fue elegido, en la que indicó que la doctrina católica exige que la Eucaristía sea vivida "de formas que resulten siempre nuevas y adecuadas para los tiempos".
Los asistentes aplaudieron al paso de Benedicto XVI, vestido con una túnica verde y precedido por mas de 250 obispos, cardenales, líderes de órdenes religiosas y otros clérigos de unos 118 países, que participarán en el Sínodo de Obispos.
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El sínodo fue convocado con el objetivo de discutir la Eucaristía y tendrá una duración de tres semanas. Los obispos harán recomendaciones sobre ciertos aspectos de este sacramento, para que el Papa los considere.
El pontífice admitió que para algunos el tema "quizá sea algo que dan por hecho", y que no requiere tres semanas de discusiones, pero indicó que la doctrina católica exige que la Eucaristía sea vivida "de formas que resulten siempre nuevas y adecuadas para los tiempos".
"La Eucaristía puede ser considerada una lente a través de la cual pueden verse el rostro y la senda de la Iglesia", señaló después de la misa, en una alocución desde la ventana de su estudio que domina la Plaza de San Pedro.
Otros asuntos serán abordados bajo este tema principal, y podrían generar un debate entre los obispos. Entre esos asuntos está si la comunión debe ser impartida a los políticos católicos que apoyan el derecho al aborto o a las personas divorciadas que vuelven a contraer matrimonio sin anular el anterior.
También serán analizados la falta de sacerdotes, la posibilidad de que el celibato contribuya a ello y la reducción de la asistencia de fieles católicos a las misas.
El obispo Donald Trautman, uno de los religiosos estadounidenses que asisten al sínodo, criticó agriamente la escasa atención que se dedica en el documento al "problema central" de la escasez de sacerdotes.
"Que los padres (asistentes) al sínodo no discutan de una manera significativa la escasez crítica de celebrantes de la Eucaristía perjudica la causa del pueblo de Dios", escribió Trautman en la última edición de 'America', la revista de los jesuitas de Estados Unidos.
Aunque el sínodo se centra en el papel de los obispos para ayudar a que el Papa guíe a la Iglesia, la atención se concentrará en Benedicto XVI, dado que representa su primera reunión importante desde el pasado 19 de abril, cuando fue elegido.
Muchos de los participantes han señalado los cambios que el nuevo Papa ha realizado en la organización del sínodo como evidencia de que quiere que sea más un intercambio de ideas entre colegas y no sólo un encuentro con un resultado previamente dispuesto.