La insurgencia mata a diez 'marines' en Faluya
Un centenar de pequeños grupos sin estructura ni jerarquía comunes hostiga a EEUU en Irak
La insurgencia es una estructura horizontal, sin una jerarquía definida que se pueda decapitar. Compuesta por alrededor de un centenar de grupitos que actúan por separado, esta particular organización es la que ha puesto muy difícil a Estados Unidos su desarticulación. Hoy, diez soldados estadounidenses han muerto en un atentado cerca de Faluya, y otros 11 han resultado heridos.
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En Ramadi se han desplegado hoy tropas estadounidenses e iraquíes para evitar nuevas demostraciones de poder a dos semanas de las primeras elecciones parlamentarias tras la guerra. Alrededor de 300 infantes de marina estadounidenses y otros 200 miembros del recién creado ejército de Irak se han desplegado en la localidad, aunque niegan que los insurgentes sigan allí. De hecho, el Pentágono niega también que ayer se produjera el asalto insurgente.
Por la tarde, la explosión de una bomba en una carretera cerca de Faluya se ha llevado por delante la vida de diez soldados de la Marina estadounidense que patrullaban la zona, según ha confirmado el Pentágono. Además, otros 11 han resultado heridos y cuatro más no han regresado al cuartel por causas que se desconocen.
La insurgencia hostiga al Ejército estadounidense
La clave para comprender por qué la insurgencia iraquí parece no perder fuerza pese a los esfuerzos militares estadounidenses hay que buscarla, según fuentes iraquíes y norteamericanas consultadas por el diario The New York Times, en su diversidad: entre los árabes suníes descontentos por la marcha de la posguerra, los seguidores del derrocado presidente Sadam Husein y los terroristas extranjeros integrados en Al Qaeda, no hay que contar unos cuantos grupos sino docenas y hasta más de un centenar de células guerrilleras.
No se trata de una organización cohesionada cuyos miembros obedecen órdenes de una jerarquía consolidada, sino de grupúsculos que actúan por separado o se reúnen sólo para los ataques, y que cuentan con sus propios líderes. Las organización con mayor visibilidad (los grandes nombres, como Ansar Al Sunna, Al Qaeda, etcétera) ejercen de frentes comunes, proporcionando los fondos, un liderazgo difuso y conocimientos prácticos. A cambio, reclaman la responsabilidad de los ataques para aumentar su repercusión global.
En fin, que se trata de una estructura horizontal y no jerárquica, que no puede ser decapitada y resulta muy complicada de desmontar. Más una constelación que una organización, según los expertos consultados por el diario estadounidense.