La ponencia sobre el Estatut aprueba el Título Preliminar y una salvaguarda para el uso del castellano

La Ponencia conjunta del Congreso de los Diputados y del Parlamento de Cataluña dedicó su primera reunión de trabajo a debatir los catorce artículos del Título Preliminar del Estatut. Tras cuatro horas de reunión, PSOE y CiU hicieron valer su acuerdo sobre la definición de Cataluña como nacionalidad y sobre la equiparación de las dos lenguas cooficiales. En este último artículo, la ponencia acordó introducir una alusión a la no discriminación por el uso de cualquiera de las dos lenguas. La única discrepancia entre socialistas y convergentes surgió en los símbolos de Cataluña, donde el PSOE quiso quitar el adjetivo "nacionales", pero no sumó la mayoría porque CiU se opuso.

Esta diferencia entre CiU y PSOE fue interpretada por el PP como la demostración de que no hay un acuerdo cerrado entre los dos partidos, aunque los convergentes se mostraron satisfechos con el desarrollo de la sesión, precisando que se cumplió lo pactado y que las discrepancias surgieron en los puntos donde no había acuerdo previo. De hecho, los representantes de CiU en la ponencia, Artur Mas y Josep Antoni Duran i Lleida, proclamaron a la salida de la reunión que fue "un día grande para Cataluña", porque el Título Preliminar aprobado marca "un antes y un después" en el reconocimiento nacional de Cataluña, su Historia y su lengua.

El PP, que vio derrotadas sus enmiendas, votó contra todas las que el PSOE puso sobre la mesa, una actitud que reprocharon los socialistas porque también impidió que el adjetivo nacionales desapareciera de ese artículo 8 relativo a los símbolos de Cataluña. ERC se mantuvo en la redacción del Título Preliminar que aprobó el Parlament el 30 de septiembre y discrepó de los cambios introducidos sobre la nación y la lengua, poniendo de nuevo de manifiesto su distanciamiento del PSOE. Duran interpretó que con esta primera reunión "ha nacido una nueva minoría", la que conforman PP y ERC, "dos extremos que se encuentran".

A partir de la aprobación de la definición de Cataluña que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pactó con Mas ("El Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía catalana, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como una nación. La Constitución, en su artículo 2, reconoce esta realidad nacional de Cataluña como una nacionalidad"), todas las palabras relacionadas con nación fueron cayendo del proyecto de Estatut. Al mismo tiempo, se fueron introduciendo las palabras ''España'' y ''españoles'' en artículos en los que antes no estaban.

Dulcificar las discriminaciones

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En la sesión también se modificó el artículo 6 relativo a la lengua para recalcar que los ciudadanos de Cataluña tienen "el derecho y el deber" de conocer el castellano y el catalán, y que "no puede haber discriminaciones" por el uso de una u otra lengua. El PP también votó en contra de esta enmienda pactada con CiU, aunque admitió que se había "dulcificado" la redacción inicial para evitar la discriminación. ERC optó por abstenerse al entender que podría dar lugar a "una interpretación peligrosa".

El próximo lunes por la tarde, los 22 diputados que conforman la ponencia analizarán el Título Primero del Estatut, que recoge la carta de derechos y deberes, donde CiU quiere introducir cambios y el PSOE se ha comprometido con ICV y ERC a que no habrá modificaciones sustanciales. En concreto, los convergentes sostienen que el propio Zapatero admitió que algunos artículos favorables al aborto y la eutanasia "son innecesarios" y pueden provocar "desafección" en alguna parte del electorado.