Se inicia el juicio a Sadam Husein por el genocidio contra los kurdos
La matanza fue perpetrada entre 1980 y 1988 y en ella murieron miles de personas
Bagdad
El Tribunal Penal Supremo de Irak juzga desde hoy por genocidio contra el pueblo kurdo al ex presidente iraquí Sadam Husein y a seis de sus asesores, incluido su primo Alí Hasan Al Mayid, conocido como Alí el Químico. El proceso se desarrollará en la llamada zona verde, en el oeste de Bagdad, al igual que el primer juicio, inaugurado en octubre pasado contra el ex dictador y siete antiguos colaboradores en relación con la matanza de 148 chiíes en Duyail, en 1982, según fuentes judiciales.
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Las fuentes no descartan que Sadam Husein sea condenado, posiblemente a muerte, por la matanza de chiíes en Al Duyail durante la sesión del juicio prevista para el 16 de octubre próximo, es decir, antes de que termine el nuevo proceso.
Los cargos en el nuevo juicio se refieren a los ataques, incluso con armas químicas, lanzados contra el Kurdistán iraquí en la denominada campaña de Al Anfal (botín de guerra) en 1987 y 1988, en los que fueron asesinados miles de kurdos.
Al menos 100.000 muertos
Según la organización Human Rights Watch (HRW), autora de la mayor investigación sobre esta matanza, al menos 100.000 kurdos murieron o desaparecieron en el norte iraquí entre 1987 y 1988, aunque la cifra aumenta hasta los 180.000 según las víctimas de la operación liderada por Alí, el químico.
Al entonces secretario general del distrito norte del partido Baas se le acusa de haber recurrido a deportaciones, desplazamientos forzosos, campos de concentración y ejecuciones masivas, además de usar armas químicas y destruir más de 4.000 pueblos del montañoso Kurdistán, que quedó arrasado en cerca de un 80%.
La cruel campaña de Anfal
La campaña Anfal, de la que se conocen muchos detalles gracias a la numerosa documentación obtenida por la milicias kurda peshmerya tras la primera Guerra del Golfo, fue similar al genocidio nazi en cuanto a los métodos usados por los regímenes en el poder, según asegura HRW en un informe que publicó en 1993. Muchos kurdos de entre 14 y 50 años, todos ellos considerados capaces de empuñar un arma, fueron secuestrados, torturados, desplazados y algunos de ellos ejecutados y enterrados en fosas comunes.
Sus familias no recuperaron nunca sus cuerpos y cuando cayó el régimen de Sadam, en abril de 2003, eran muchos los kurdos que esperaban que sus familiares desaparecidos a finales de los años 80 salieran de las cárceles del régimen, pero no estaban allí.
La campaña Al Anfal fue lanzada al final de la guerra en la que Irak combatió contra Irán entre 1980 y 1988, y en la que los kurdos fueron acusados por el derrocado régimen basista de Bagdad de colaborar con el enemigo. Sólo en la ciudad de Halabya, atacada con armas químicas en marzo de 1988, murieron unas 5.000 personas, entre ellas numerosos ancianos, mujeres y niños.
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