El socialista Madina relata el horror de su atentado ante los jueces

Esta mañana se ha iniciado en la Audiencia Nacional el juicio por el atentado sufrido en febrero de 2002 por el entonces dirigente de las Juventudes Socialistas en el País Vasco y hoy diputado en el Congreso, Eduardo Madina. En su declaración ante el Tribunal, Madina ha asegurado que ETA iba a por él y que el día del atentado no revisó los bajos de su coche. Eduardo Madina ha estado arropado por el presidente del Senado, Javier Rojo, y por la plana mayor del PSE, pero nadie de la Asociación de Víctimas del Terrrorismo.

Eduardo Madina, a quien el atentado cometido por ETA en Sestao (Vizcaya) le amputó una pierna al explotar una bomba lapa colocada en los bajos de su coche, recordaba lo sucedido aquel día de febrero de 2002. Ha relatado al Tribunal como en el momento de la explosión se dio cuenta de que debía ser una bomba y aseguró que si el artefacto hubiera estado bien colocado, ahora estaría muerto.

Madina manifestó que pese al tiempo transcurrido todavía le quedan frentes por superar y que su proceso de recuperación aún no ha terminado y tardará años. Además aseguró que la muerte de su madre, de un infarto diez meses después, estuvo directamente relacionada con el atentado, ya que tanto su padre como su madre cayeron en una depresión tras el ataque. "En mi casa se hizo de noche y una sombra de pena y de tristeza envolvió a mi familia", aseguró.

Apoyo

El diputado socialista quiso agradecer de manera explícita y clara la labor de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado por el esclarecimiento del atentado y de las instituciones judiciales por aplicar justicia.

En el juicio han estado presentes para arropar a su compañero destacados miembros del PSE, como su secretario general Patxi López; el presidente del Senado, Javier Rojo, la secretaria de Estado de Cooperación, Leyre Pajín, Txiki Benegas, Ramón Jáuregui y Francisco Tomás y Valiente, entre otros.

En el banquillo de los acusados se sientan Iker Olabarrieta Colorado, Asier Arzalluz Goñi, Gaizka Olabarrieta Cormenzana y Gorka Aztiria Echeverría. Los dos primeros están acusados de asesinato en grado de tentativa, en concurso con otro delito de lesiones terroristas, mientras que a los dos últimos se les juzgará por colaboración con banda armada.