Londres pide calma por el hallazgo de radiactividad en los sitios en los que estuvo el ex espía ruso
El ministro británico de Interior dice que la radiación no se expande con largas distancias
El ministro británico del Interior, John Reid, hizo hoy un llamamiento a la calma y pidió a los ciudadanos británicos que no se alarmen tras el hallazgo de rastros de polonio 201, sustancia altamente radiactiva, en lugares relacionados con la muerte por envenenamiento del ex espía ruso Alexander Litvinenko.
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En una declaración ante el Parlamento británico, Reid aseguró que, dada su naturaleza, el efecto de esa radiación no se expande con largas distancias, sino sólo en "unos pocos centímetros como mucho". Además, ha informado que el Servicio de Sanidad ha recibido 500 llamadas relacionadas con el asunto, pero sólo unas pocas personas "han sido invitadas a someterse a unas pruebas como medida de precaución".
En los micrófonos de la Cadena SER, Luis Oro, químico e investigador del Instituto de Ciencias Materiales de Aragón, explicó el pasado viernes en 'Hora 25' que el polonio 210, isótopo de partículas alfas radiactivas, son "muy poco penetrantes" y "escasamente traspasan la piel". Por tanto, deben ser ingeridas para su contagio.
La semana pasada, la Agencia de Protección de la Salud del Reino Unido encontró restos de material radiactivo tanto en la orina de Litvinenko -causa de su fallecimiento- así como en el restaurante de sushi donde cenó, en su apartamento al norte de Londres y en el bar de un hotel en el que estuvo con unos amigos (estos últimos sitios probablemente después del envenenamiento).
Litvinenko -ex agente del Servicio Federal de Seguridad (antiguo KGB soviético) y refugiado en el Reino Unido desde el 2000- era un conocido enemigo del presidente ruso Vladimir Putin, a quien denunció en varias ocasiones por los "crímenes en Chechenia". Además, estaba investigando el asesinato de la periodista Anna Politkovskaya, también muy crítica con el Kremlin.
