Selecciona tu emisora

Ir a la emisora
PerfilDesconecta
Buscar noticias o podcast

Buenos Aires se acerca al exilio republicano español (II parte)

Más información

Llueve en Buenos Aires, ayer torrencialmente, con lo que el termómetro ha dejado de marcar los 40 grados. Es un calor húmedo el que se pega a la piel en una ciudad donde los taxis desaparecen cuando más son necesitados.

Los titiriteros de "El Nudo, compañía teatral", celebraban con un "asadito" el final de su gira por los festivales de Tolosa y Alicante, de donde acaban de llegar. También querían brindar por las 100 funciones de su espectáculo "Un tigre en el gallinero", una comedia musical para los más pequeños con sus gallinas, su gallo y ¡obviamente!, su tigre, el protagonista. Han estado durante meses llenado el Teatro de la Cooperación, en la Avenida Corrientes. Se trata de un complejo teatral gestionado por una cooperativa. La historia que cuenta "El Nudo..." es sencilla: un cachorro de tigre, peligroso según la policía, acaba en un gallinero donde sus habitantes le ofrecen amor y todo tipo de cuidados, a pesar de que el gallo advierte de los posibles peligros.

El tigre -la policía insiste en su peligro, ¡cómo no!- es el diferente; el extraño; el que tiene una manera de vivir que en nada se parece al de las gallinas. Llega de lejos; se instala y comparte vida. Eso es lo que intentaron hacer muchos exiliados españoles en Buenos Aires.

Me contaba ayer el escritor y crítico literario Juliá Guillamon, comisario de la exposición "Literaturas del exilio", que durante la Guerra Civil los españoles , "gallegos", se reunían en dos cafeterías diferentes, una frente a la otra, en la Avenida de Mayo. En el "Iberia", solían reunirse los defensores de la II República. En el "España", los partidarios del franquismo. El odio era tan grande que solían enzarzarse, de un lado al otro de la Avenida, en una pelea que incluía el lanzamiento de sifones e incluso creí entender que hasta de sillas.

Sin embargo, no todos gastaban sus energías en pelearse. Muchos intelectuales que llegaron con el exilio buscan la manera de continuar creando, de defender sus ideas y de ganarse la vida. Y así, Ayala, cuyo hermano, por cierto, mantiene aquí su librería a la que no deja de faltar un solo día. Y también el arquitecto Antonio Bonet, inspirado por Le Corbusier, y co-diseñador en 1938 de la conocida como "Silla Mariposa". Y también la Xirgu, que estrenó en 1945 el drama lorquiano "La casa de Bernarda Alba" Y también Joan Merli, fundador de la editorial Poseidón, que publicó las primera traducciones de los textos de Le Corbusier y varios textos de Ramón Gómez de la Serna. Y también Rafael Alberti.

Me insistía Juliá que todas estas historias demuestran que no sólo hubo fracasos dentro del gran tragedia. Buscando, se pueden encontrar historias de éxitos o, por mejor decir, vidas que no fueron totalmente arruinadas por el odio, el sectarismo y la intolerancia. En Buenos Aires, entonces, se retomaron posibilidades y caminos que fueron abortados en una Barcelona (en una España) que estaba ávida de vanguardia.

Como el tigre en el gallinero, los exiliados no fueron excluidos, ni señalados, ni separados por ser diferentes. Entre otras cosas, porque los que aquí vivían también habían tenido que dejar su tierra.

Por cierto, leo que han desaparecido un centenar de personas intentado llegar a España. Para hacer justo lo que Ayala, Bonet, Xirgu, Merli y Alberti querían hacer cuando llegaron a Buenos Aires: ¡Vivir!.

 

Directo

  • Cadena SER

  •  
Últimos programas

Estas escuchando

Hora 14
Crónica 24/7

1x24: Ser o no Ser

23/08/2024 - 01:38:13

Ir al podcast

Noticias en 3′

  •  
Noticias en 3′
Últimos programas

Otros episodios

Cualquier tiempo pasado fue anterior

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "

Compartir