Un discípulo de Milosevic, favorito en las presidenciales de Serbia
Más de seis millones y medio de ciudadanos están llamados a unas elecciones cruciales para el acercamiento a la UE y para la economía
Belgrado
Desde las siete de la mañana, los serbios celebran las primeras elecciones generales desde la muerte del dictador Slobodan Milosevic y la separación de Montenegro. Se espera una apretada pugna electoral entre los ultranacionalistas y los reformistas pro-europeos. La campaña ha estado centrada, por estos dos polos, en la UE y los asuntos económicos por un lado, y el futuro estatuto de Kosovo, por otro.
Más información
Más de seis millones y medio de serbios están llamados a votar para elegir el nuevo Parlamento en un país que aún se recupera del aislamiento internacional que siguió a la guerra de Kosovo y los bombardeos de la OTAN en 1999 y la caída y captura de Milosevic en 2000 y su muerte en 2006 mientras era juzgado por el Tribunal Internacional de la Haya para la Antigua Yugoslavia (TPIY).
El asunto del estatuto de Kosovo en el fondo concita mayor unidad de la que parece a priori. Casi todos los partidos son partidarios de conceder a la provincia toda la autonomía posible, pero no la independencia, lo que significaría un nuevo bocado al territorio serbio. Por otro lado, está la sombra de la UE, ya que se dice que es la hora de que los serbios decidan si quieren tener un sitio en Europa.
El líder ultranacionalista del Partido Radical, Tomislav Nikonic, que fue ministro del Gobierno autoritario de Milosevic, tiene posibilidades, según las encuestas, de ser el candidato más votado, aunque sin posibilidad de formar Gobierno. Le sigue, a corta distancia, el Partido Demócrático (pro-occidental) del actual presidente, Boris Tadic. En tercer lugar se sitúa el Partido Democrático de Serbia del actual primer ministro, Vojislav Kostunica, que se presenta como la fuerza clave para inclinar la balanza.
La entrega de Mladic, clave para el acercamiento con la UE
El Gobierno saliente tendrá que hacer frente a la redacción del estatuto de Kosovo, a profundas reformas económicas y tendrá que lidiar con la UE sobre la extradición de criminales buscados por la justicia internacional como Ratko Mladic, acusado de genocidio. La entrega de Mladic es importante porque la UE ha congelado su acercamiento a Serbia mientras no sea entregado.
Sobre Kosovo, se espera que la ONU, que mantiene un protectorado sobre la región, se pronuncie este año. Gana terreno la opción de conceder a la región de mayoría albanesa una independencia supervisada por Naciones Unidas, pero ninguno de los partidos serbios está de acuerdo. Además, tampoco es seguro que sea aprobada esta opción en el Consejo de Seguridad, ya que Rusia, aliada de Serbia, no apoya esta opción.