Euroliga / El Barcelona devuelve la paliza al Unicaja (80-58)
El Winterthur Barcelona se ha vengado del Unicaja con una paliza de la contundente derrota sufrida el pasado martes en el primer partido de la serie de cuartos de final de la Euroliga. Esta noche ha vencido 80-58 y ha forzado el tercer partido, que se disputará el jueves en Málaga.
Como en el primer encuentro, el cuadro barcelonista salió de inicio enchufado, aunque esta vez con dos añadidos como fueron una mayor intensidad defensiva y el apoyo de un Palau Blaugrana entregado. Dusko Ivanovic también se aplicó la tensión que había reclamado a sus jugadores y, en tan sólo diez segundos, ya había realizado su primer cambio.
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Sergio Scariolo dejó a Daniel Santiago en el banquillo, le cedió su puesto a Marko Tusek y puso a Carlos Jiménez en la posición de cuatro.
El Winterthur Barcelona empezó a abrir brecha en el marcador, en buena parte gracias a una defensa al límite de las reglas, aunque también al acierto de Juan Carlos Navarro en ataque. El Unicaja, que pudo contar en el Palau Blaugrana con los tres jugadores que eran duda -Carlos Jiménez, Carlos Cabezas y Jiri Welsch- le resultó imposible acercarse a los porcentajes de tiro del pasado martes y, al término del primer cuarto, las diferencias eran ya de nueve puntos (23-14).
La barrera de los diez puntos
La barrera de los diez (25-14) se superó en el inicio del segundo periodo tras una canasta de Jordi Trias. La intensidad defensiva del Winterthur Barcelona alcanzó su grado máximo con Roger Grimau y Rodrigo de la Fuente en la pista, hasta el punto de que se alcanzó una máxima de trece puntos (33-20, min. 17). Al descanso se fueron con una ventaja de once puntos (41-30).
Unicaja sabía de todos modos que once puntos se podían remontar con veinte minutos por delante y salió convencido de ello en la reanudación, pero se encontró entonces con Juan Carlos Navarro.
Navarro, espectacular
El equipo andaluz redujo las diferencias hasta sólo seis puntos (46-40) tras una serie de triples de Cabezas y Berni Rodríguez, pero lo de Navarro fue espectacular. El escolta azulgrana metió todo lo que le pasó por la mano, incluidos tres tiros de tres para una suma total de quince puntos en ese tercer cuarto.
Con ese argumento, el Winterthur Barcelona prácticamente había sentenciado el partido al término del periodo (64-48). El último cuarto sirvió para poco más que para comprobar que el mensaje de Ivanovic había calado en sus jugadores y que, pese a darle minutos a los menos habituales, la tensión reclamada se mantuvo hasta el último segundo.