El Rey pide "unidad y entendimiento" para afrontar los grandes temas de Estado

El Rey ha pedido hoy en las Cortes "unidad y entendimiento basados en el diálogo sincero" para afrontar las grandes cuestiones que afectan al país, y ha subrayado que 30 años de democracia "son muchos para dejar claro, una vez más, que la violencia terrorista nunca conseguirá sus objetivos". El discurso de don Juan Carlos cerró la conmemoración del 30 aniversario de las elecciones de junio de 1977.

En su intervención, el Rey explicó que no se cansará de repetir que "el futuro depende" de los españoles. "Tenemos la capacidad de conducir y liderar el camino hacia un futuro cada vez mejor", dijo.

El monarca pidió una especial dedicación "a derrotar la abominable lacra del terrorismo, cruel e inhumano que tantas víctimas y dolor ha generado, fraguando de nuevo la necesaria cohesión y unidad para alcanzar un objetivo tan vital como irrenunciable". El Rey subrayó que los españoles llevan "décadas sufriendo las brutales consecuencias del terrorismo, sufriendo sus extorsiones y amenazas. Hoy la seguimos soportando. Pienso especialmente en la sociedad vasca", señaló don Juan Carlos, quien recordó el deber moral con las víctimas y sus familias.

Respaldo a las instituciones

Expresó también su "serena convicción" de que los españoles "siempre respaldarán a sus instituciones y Fuerzas de Seguridad en esa lucha, utilizando todos los instrumentos del Estado de Derecho". Advirtió además de que "divisiones y desencuentros no pueden ser compañeros de ruta de una gran nación como España, cuya Transición política, marco de convivencia democrática y profunda modernización, siguen siendo ejemplos para el mundo y nos debe servir de estímulo a los propios españoles".

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"Avanzar día a día, superando nuevas dificultades y desafíos es una tarea para la que necesitamos disponer de una convivencia serena, integradora e influyente al servicio del progreso y del interés general", añadió el Rey para quien hay que "armonizar puntos de vista y lograr entre todos los más amplios consensos". "Trabajemos para fomentar lo mucho que nos une y para disipar cuanto nos separe, respetuosos con la pluralidad y diversidad que nos define, pero sin perder nunca la unidad que nos da la fuerza y dimensión necesarias para seguir progresando", agregó.

Tras elogiar a los actores principales de la Transición, indicó que su legado "ha permitido evitar duros y estériles enfrentamientos en el normal desarrollo" de la política. De aquellos años, don Juan Carlos rememoró que el espíritu era la "firme determinación de que España no volviese a convertirse en excepción, sino en modelo" de normalidad democrática dentro de la familia de naciones de la Europa.

Recuerdo para Adolfo Suárez

En este sentido, tuvo un recuerdo muy especial para el primer presidente democrático tras el franquismo, Adolfo Suárez, quien la pasada semana fue distinguido con la máxima condecoración, el Toisón de Oro, y ausente por su delicado estado de salud.

Para terminar, y como hizo hace treinta años, también entonces acompañado por la Reina, manifestó su "voluntad de favorecer la más armónica convivencia democrática entre todos los españoles, dentro de la unidad de España y de nuestro modelo de vertebración territorial, de promover mayores cotas de bienestar para todos". Concluyó que ése es el norte que le guía "como Rey por amor a España y compromiso con la libertad".

30 años de democracia

Las elecciones del 15 de junio de 1977 llegaron 19 meses después de la muerte del general Franco. Adolfo Suárez, elegido presidente del Gobierno por el Rey en julio de 1976, dirigió la Transición -"de la Ley a la Ley"- y en apenas un año consiguió el objetivo de organizar unos comicios libres.

Imprescindible en ese camino fue la aprobación en octubre de 1976 por las propias Cortes franquistas de la Ley para la Reforma Política, el acta de defunción de la dictadura, y la legalización de los partidos, entre ellos, el Partido Comunista de España, en abril de 1977. Dos habilidosas maniobras del presidente Adolfo Suárez.

Los comicios dieron ganador al centro, representado por la UCD de Suárez (166 escaños) y el PSOE de Felipe González (118). Los comunistas, que habían liderado la lucha antifranquista, obtuvo 19 diputados. Integrada por antiguos ministros de Franco, Alianza Popular quedó con 16. Con su victoria, Adolfo Suárez se convirtió así en el primer presidente del Gobierno democrático tras 40 años de dictaudra.