La compañía del avión de São Paulo reconoce que el aparato tenía un fallo en la turbina

São Paulo

La compañía TAM ha reconocido que el Airbus A320 que se estrelló en São Paulo y ha causado la muerte a al menos 200 personas, tenía un problema técnico en el reversor de una turbina, según han admitido directivos de la empresa.

El vicepresidente técnico de TAM, Rui Amparo, ha declarado esta madrugada al canal de televisión Rede Globo que el fallo fue comunicado el viernes de la semana pasada, pero el avión siguió operando porque el manual del fabricante Airbus establece que un defecto de ese tipo no presenta riesgos durante diez días. "Según los manuales eso no tiene ningún problema", afirmó Amparo en una entrevista en directo en el noticiero del más importante canal de televisión de Brasil.

El viernes hubo un informe de mal funcionamiento de uno de los reversores, un dispositivo que actúa en las turbinas para ayudar a frenar a los aviones tras los aterrizajes. La aeronave "pasó a volar sin el reversor derecho", indicó Amparo, y agregó que "por los manuales no hay ningún problema, excepto en pistas muy contaminadas", es decir, afectadas por lluvias muy fuertes. El ejecutivo, sin embargo, ha dicho que "ese no era el caso" en el aeropuerto de Congonhas la noche del martes.

Una pista defectuosa

Por otro lado, la pista principal del aeropuerto paulista de Congonhas cerró durante 23 minutos el mismo día del accidente del Airbus A320 de la aerolínea TAM y fue reabierta tan sólo 80 minutos antes del siniestro, según ha informado el coronel Carlos Minelli de Sá en declaraciones recogidos por el diario O Globo. Al parecer, la suspensión de operaciones tuvo origen en las advertencias del vuelo 1697 de la compañía Gol sobre bolsas de agua en la pista. Prosiguen las investigaciones de la mayor tragedia aérea de Brasil, y una de las hipótesis que cobra fuerza es que el aparato llevaba demasiada velocidad cuando entró en pista. También se especula con que el piloto pudo tener dudas sobre si elevar el avión nuevamente. El presidente del país, Lula da Silva, comparecerá este viernes para anunciar las medidas que adoptará su Gobierno.

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Larga espera para recuperar los cuerpos

Y mientras se analizan las causas, los equipos de rescate continúan recuperando los cuerpos. Hasta ahora han sido hallados 184 cadáveres, aunque los expertos advierten de que las identificaciones podrían durar al menos un mes, dado el estado de los cuerpos. Además, los trabajos para recuperar los cuerpos bajo los escombros cada vez se hacen más difíciles, ya que los bomberos tienen que demoler parte de la estructura del edificio de la compañía aérea con el que chocó el avión mientras soldados del Ejército brasileño intentan mover parte del aparato incrustado en el edificio.

Los fiscales piden el cierre

Mientras, tres fiscales brasileños han responsalibizado a las autoridades aeroportuarias locales, tanto administradoras como reguladoras, del accidente. El fiscal Marcio Schusterschitz, en declaraciones a la estatal Agencia Brasil en la ciudad de São Paulo, sostuvo que "independientemente de las causas", el accidente fue "una tragedia típica" del aeropuerto de Congonhas, el de mayor tráfico nacional.

El fiscal y su compañera Fernanda Taubemblatt han presentado una petición para que la Justicia suspenda las operaciones del aeropuerto de Congonhas, porque la terminal aérea "se convirtió en una aventura arriesgada". "Hay un contexto muy peligroso, porque el aeropuerto está localizado en una zona urbana, que tiene exceso de vuelos y es víctima de falta de actitudes en la resolución de los problemas que presenta".

El pasado 24 de enero, el Ministerio Público pidió a la Justicia federal que negara la reapertura de la pista principal de Congonhas, que pasó por reparaciones, y sugirió la transferencia de vuelos para el aeropuerto internacional de Cumbica, en la vecina ciudad de Guarulhos, y el de Viracopos, en Campinas. El juez federal Clecio Braschi, del Octavo Juzgado Civil de Sao Paulo, citará a representantes de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) y la Infraero (administra el 96% de los aeropuertos brasileños) para responder durante el proceso que fue instaurado y pide la suspensión de operaciones en el aeropuerto.

Una segunda petición para cerrar Congonhas fue instaurada también ante la Justicia por el fiscal Marcio Araujo, quien consideró que el aeropuerto es una "caja negra" y agregó: "el aeropuerto todavía tiene olor a humo y eso es inmoral".